Bogotá, 7 mar (RHC) El canciller noruego, Borge Brénde, aseguró que la implementación del acuerdo de paz en Colombia está en un punto crítico por lo cual se requiere de un buen liderazgo para enfrentar los desafíos.

Brénde afirmó que es importante avanzar en las amnistías, la reintegración socioeconómica de los insurgentes, asegurarse de la funcionalidad de las zonas y puntos transitorios y garantizar las oportunidades de trabajo para los integrantes de la guerrilla.

El ministro noruego de Relaciones Exteriores instó a encarar el flagelo de los asesinatos de líderes sociales, estar vigilantes para evitar deserciones de las filas de las FARC-EP, Fuerzas Armadas revolucionarias de Colombia, Ejercito del Pueblo y que otros grupos ocupen las regiones abandonadas por esa agrupación en proceso de desarme.

El senador colombiano Alberto Castilla afirmó que es tiempo de respaldar el acuerdo con las FARC-EP y su implementación, de comprender el momento político, resaltar lo positivo del proceso pacificador y acompañarlo.

No es hora de poner obstáculos a la construcción de la paz, debemos insistir en lo favorable, en el respaldo y en la aplicación de lo pactado, subrayó el congresista por el Polo Democrático Alternativo (PDA), mayor alianza nacional de izquierda.

Castilla recordó que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) llegaron a las 19 zonas y siete puntos transitorios de normalización en medio de dificultades y decidieron contribuir con las faenas de adecuación de la infraestructura para luego continuar con el procedimiento de dejación de armas.

Es importante hacer un llamamiento a entender el instante que vive Colombia, lo que significa el desarme de un grupo insurgente y generar todas las condiciones para que la sociedad pueda participar en la construcción de la paz, añadió el parlamentario.

El pasado 24 de noviembre el presidente Juan Manuel Santos y el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), Timoleón Jiménez, suscribieron el tratado definitivo con el que se comprometieron a terminar los enfrentamientos y hostilidades.

Dicho documento contempla medidas como el cese el fuego bilateral y el abandono del armamento en poder de esa agrupación guerrillera, la mayor de la nación, en las mencionadas zonas y puntos (menores que las primeras).

Expreso mi preocupación frente a la ejecución del acuerdo de La Habana, pues se hace con incumplimientos del Gobierno en cuanto a la habilitación de los sitios previstos para las FARC-EP con condiciones dignas, manifestó.

Los días pasan -advirtió- y las normas (las llamadas leyes de la paz) se discuten con lentitud en el Congreso, no existe el número de proyectos que se esperaba para ser tramitados, aparecen pronunciamientos de Naciones Unidas, de comunidades y las FARC-EP sobre demoras en el acondicionamiento de los campamentos, instamos a tomar decisiones y a agilizar los pasos porque una buena implementación permitirá ganar confianza en otros procesos.

El 7 de febrero comenzaron en Quito, Ecuador, las pláticas entre representantes del igualmente rebelde Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Ejecutivo con el propósito de conseguir un pacto similar al logrado con las FARC-EP.

Al referirse a esa otra negociación Castilla exhortó a las partes a poner en práctica disposiciones encaminadas a reducir la confrontación hasta declarar un cese el fuego bilateral y a avanzar en las rondas de discusiones en busca de un escenario de distensión completo para Colombia.

Finalmente el senador alertó sobre la proximidad de las campañas con vistas a las elecciones legislativas de 2018, las cuales -consideró- podrían dilatar o entorpecer la implementación de lo consensuado con las FARC-EP.

Los sectores políticos que están al lado del Gobierno empiezan también las campañas para el Parlamento, eso significa un reacomodo de fuerzas, no sabemos hasta qué punto la actual administración tendrá apoyo para tomar decisiones entonces, comentó.