Brasilia, 15 mar (RHC-PL) En respuesta al llamamiento de los frentes Brasil Popular y Pueblo sin Miedo, alrededor de un millón de brasileños dijeron NO a las pretendidas reformas laboral y de jubilaciones propuestas por el presidente Michel Temer.
La cifra fue dada a conocer por el periódico Brasil de Fato, que siguió minuto a minuto las manifestaciones realizadas en todas las entidades federativas y que comenzaron aquí con la ocupación, por unos dos mil trabajadores del campo y la ciudad, del Ministerio de Hacienda.
Como se preveía, la más numerosa concentración ocurrió en la populosa Avenida Paulista, donde unos 200 mil ciudadanos se dieron citar para escuchar al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien instó al gobierno no electo de Temer a hacer la economía crecer y generar empleos, en vez de retirar derechos a la ciudadanía.
Lula aseguró que la Propuesta de Reforma Constitucional (PEC 287) enviada por el titular del Ejecutivo al Congreso para modificar el régimen de jubilaciones dejará a los trabajadores rurales sin posibilidades de pensionarse y ganando la mitad de lo que podrían.
Recalcó además que cada vez resulta más evidente que el golpe de Estado (jurídico-parlamentario) no fue solo contra la depuesta presidenta constitucional Dilma Rousseff y los partidos de izquierda, sino para colocar en su lugar a un ciudadano sin ninguna legitimidad encargado de acabar con los derechos laborales y la seguridad social.
El exdignatario expresó también su convicción de que solo el pueblo en las calles utilizando sus instrumentos de lucha, y cuando gobierne un presidente legítimo será posible hacer crecer el país y generar empleos.
Quien piense que la gente está contenta (con el gobierno golpista de Temer) está equivocado, enfatizó Lula antes de reiterar que el pueblo 'solo va a detenerse cuando tenga un presidente democráticamente electo'.
De acuerdo con Brasil de Fato, el Día Nacional de Movilización y Paralización contra las reformas laboral y de la seguridad social -que contó con el respaldo de las principales centrales sindicales del país- llevó a las calles a unas 150 mil personas en Belo Horizonte y a más de 100 mil en Río de Janeiro.
En Curitiba, la capital paranaense, marcharon alrededor de 60 mil ciudadanos y cerca de 50 mil en Fortaleza, Ceará. En Natal (Río Grande del Norte), Mato Grosso del Sur y esta capital se calcula que se movilizaron 20 mil personas en cada una de ellas.