Buenos Aires, 30 mar (RHC) Los trabajadores sindicalizados en las centrales argentinas CTA y CTA Autónoma movilizaron a miles de personas para protestar contra el ajuste económico del Gobierno de Mauricio Macri.

Otra vez la emblemática Plaza de Mayo, a unos pasos de la Casa Rosada -sede del Ejecutivo- volvió a ser protagonista de esta protesta en la que alrededor de 150 mil personas, según cifras divulgadas por medios de prensa, pidieron parar con los despidos y las alzas en los servicios básicos, entre otras cosas.

Desde la tribuna instalada en la Plaza salieron a hablar las dos voces referentes de las centrales obreras. Hugo Yasky, secretario general de la CTA, y Pablo Micheli, de la CTA Autónoma, con un mensaje claro y directo:

"Estamos viviendo una calamidad social. Tenemos un millón 300 000 pobres nuevos en apenas un año, y cuando salimos a reclamar para que se termine el hambre, o por un salario justo, nos tildan de desestabilizadores", apuntó Yasky.

Y continuó: "nunca vi un gobierno que ignore tanto la ley como este. No convocaron a paritarias (negociaciones salariales), no convocaron a los docentes, violaron la ley y se pegaron un tiro en el pie, porque hoy andan tratando de echarle la culpa a los que no la tienen".

Micheli, por su parte, pidió una vez más las paritarias sin techo (negociaciones sin tope de cifras), parar los despidos y las importaciones, y remarcó que el próximo 6 de abril debe haber "un paro contundente" junto a la CGT (Confederación General del Trabajo) y luego continuarán "la lucha hasta derrotar al modelo neoliberal".

No tenemos ninguna intención de desestabilizar a nadie, cuando vamos a discutir un salario entran creyendo que van a la guerra, porque piensan con cabeza de patrones, con cabeza neoliberal, dijo.

En la tribuna se encontraban, entre otros, la secretaria de Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA), Sonia Alesso, y el líder del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de la provincia de Buenos Aires (SUTEBA), Roberto Baradel, que desde hace semanas encabezan la lucha de los docentes por un mejor salario.

Mientras los docentes argentinos nucleados en la Asociación De Enseñanza Media y Superior (Ademys) acampan frente a la sede del Ministerio de Educación porteño a la espera de hablar con la titular de la cartera, Soledad Acuña.

Tras una marcha de las antorchas que encabezaron ayer, los educadores capitalinos de ese gremio pasaron la noche en las afueras del lugar y afirman que no se moverán hasta discutir una negociación salarial.

Los maestros, que cortan las céntricas calles de Paseo Colón entre Alsina y Belgrano, realizaron la víspera una vigilia, que tuvo como colofón un recital y puestas teatrales de varios artistas en apoyo a su lucha.

Los representantes de Ademys han denunciado que en la capital "hace 18 días que no hay llamado a mesa salarial de parte del Ministerio".

El Gobierno no puede seguir dando la espalda al reclamo de los docentes. Tras cuatro semanas de conflicto tienen la responsabilidad de convocarnos y hacer una propuesta seria a los docentes de la Ciudad, apuntó la víspera el secretario de Ademys, Jorge Adaro, en declaraciones de las que se hace eco el canal de televisión TN.

La agrupación sindical ha denunciado que el gobierno porteño cerró unilateralmente la discusión salarial con una oferta de un 10 por ciento hasta agosto.

Mientras esto sucede, en la provincia de Buenos Aires los docentes realizan por segundo día otro paro de 48 horas y siguen sin encontrar un consenso con el Gobierno local sobre el monto del aumento del sueldo.

Los educadores argentinos, a nivel nacional, piden al Ejecutivo una discusión salarial, conocida aquí como paritaria, y exigen un alza del 35 por ciento para compensar el alto índices de inflación, que el pasado año llegó a más del 40 por ciento.