La Habana, 9 de abr (RHC).  Un portaaviones de la Marina de Estados Unidos que debía partir de Singapur con destino a Australia cambió su rumbo y se dirige ahora hacia la Península de Corea, difundieron hoy medios estadounidenses.

La cadena CNN citó a un oficial de defensa según el cual el almirante Harry Harris ordenó al grupo de ataque liderado por el portaaviones Carl Vinson navegar hacia el norte y reportarse en el Pacífico occidental.
 

Esa fuente castrense explicó que el movimiento responde a lo que Estados Unidos considera una amenaza nuclear de la República Popular Democrática de Corea (RPDC), tras los lanzamientos de misiles balísticos realizados por ese país en los últimos meses.
 

Pyongyang, por su parte, ha reiterado el carácter defensivo de esas medidas militares, y en un comunicado emitido esta semana denunció una vez más los ejercicios conjuntos de guerra nuclear entre Washington y sus aliados.
 

De acuerdo con la RPDC, la causa de agravamiento de las tensiones en la península coreana no reside en su posesión de armas nucleares autodefensivas, sino en las maniobras de Estados Unidos y Corea del Sur.
 

Precisamente, el Carl Vinson participó el mes pasado en ejercicios militares anuales con el Ejército surcoreano, y luego la nación norteamericana comenzó a llevar equipos para el despliegue de un sistema de defensa antimisiles conocido como THAAD.
 

CNN apuntó que no es inusual la presencia de portaaviones en el área, porque la administración estadounidense coloca regularmente activos militares en la región como una demostración de fuerza.
 

Pero la noticia de hoy se difunde tras conocerse recientemente que el Consejo de Seguridad Nacional le presentó al presidente Donald Trump varias opciones con relación a la RPDC, las cuales incluyen la instalación de armas nucleares en territorio surcoreano y el asesinato del presidente norcoreano, Kim Jong-un.
 

Además, el movimiento del portaaviones se realiza dos días después de que el mandatario republicano autorizara un ataque con misiles contra una base aérea de Siria, visto por analistas como confirmación de que el uso de la fuerza es base de la política exterior norteamericana.