Brasilia, 1 may (RHC) El presidente de facto brasileño Michel Temer, quien impulsa un programa de reformas neoliberales, aseguró que continuará su trabajo aunque sigan las protestas en la nación amazónica, donde el pueblo ha manifestado de diversas formas en contra de las medidas.
Antes de un encuentro con el ministro de Finanzas, Taro Aso, Temer declaró a periodistas en Sao Paulo que el país "sigue y seguirá trabajando, con o sin protestas", resalta Telesur.
El rechazo al paquete de medidas neoliberales que pretende aplicar el Gobierno de facto en Brasil, llevó a los sindicatos a realizar una huelga general, algo inédito para la sociedad brasileña en los últimos años.
Ante esto, Temer insistió en que las reformas económicas y laborales que ha propuesto "generan en un primer momento objeciones y contestaciones ", sin embargo, "con el tiempo" será reconocida su "necesidad".
Una de las reformas más polémicas, que aún debe ser discutida por el Senado, fue aprobada esta semana en la Cámara Baja en primera instancia y propone una amplia modificación de las leyes laborales.
Uno de los puntos de mayor controversia plantea que "lo acordado valga por encima de lo legislado", lo cual daría valor legal a los convenios pactados entre trabajadores y empleadores, aún cuando no se ajusten totalmente a las normativas en vigor.
La reforma laboral es acompañada por una ley, ya aprobada, que regula la llamada "tercerización" o subcontratación y permite que las empresas conviertan a sus empleados en prestadores de servicios en cualquiera de sus actividades.
El Gobierno de Temer tiene una tasa de aprobación de apenas nueve por ciento, mientras que el 61 por ciento de la población lo califica de malo o pésimo, indicó el diario Folha de Sao Paulo al divulgar un sondeo.
Los datos muestran además que el 28 por ciento de la población considera el actual Ejecutivo brasileño como regular, mientras que otro tres por ciento no supo responder.
En diciembre un 51 por ciento de la ciudadanía consideraba malo o pésimo al Gobierno de facto.