Naciones Unidas, 25 sep (RHC) Varios de los problemas que afectan hoy a la humanidad salieron a la luz pública, una vez más, en los debates anuales de la Asamblea General de la ONU, como el terrorismo, el cambio climático, la implementación de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible y la solución pacífica de los conflictos armados.
Después de seis días de trabajo, cinco de ellos en jornadas maratónicas, y de la intervención de 196 delegaciones, unas 120 encabezadas por jefes de Estado o de Gobierno, ciertamente el mundo no mejoró, aunque si se identificaron problemas a enfrentar de inmediato.
Tal vez de tantos discursos pudiera resumirse que la Agenda 2030 y sus objetivos de erradicar la pobreza extrema y el hambre, reducir las desigualdades y construir un progreso en armonía con la naturaleza, representan una esperanza para rescatar la humanidad de la guerra, el terrorismo, la creciente brecha entre ricos y pobres, la migración forzada y los desastres naturales.
Por eso desde el Sur, lo que es decir la mayoría de las naciones, se reclamó voluntad política para cumplir con la plataforma consistente en 17 metas.
De acuerdo con el presidente de la Asamblea General en su 72 Período de Sesiones, Miroslav Lajcak, la comunidad internacional no puede tener descanso hasta superar con éxito los retos que obstaculizan la paz y el progreso humano inclusivo, temas en los cuales se centró el debate instalado el 19 de septiembre.
La peor intervención para muchos, resultó el discurso pronunciado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con sus amenazas y posturas egoístas, sobre todo la advertencia de que podría destruir a la República Popular Democrática de Corea, ignorando que semejante escenario conduciría a una guerra nuclear de impredecibles consecuencias.
Para no pocos, lo positivo del debate en la Asamblea fue es el compromiso expresado con la paz y el diálogo, así como la claridad de que la prevención y la cooperación deben imponerse al unilateralismo.