Moscú, 8 dic (RHC) Rusia denunció una campaña mediática en su contra, generada en los países imperiales para desacreditar su política exterior.
Tras una reunión del consejo de ministros de Relaciones Exteriores de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), en Viena, el jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, consideró que existe una situación político-militar tensa en Europa.
Aquí contamos con una Organización del Tratado del Atlántico Norte dedicada a contener una supuesta amenaza rusa, denunció Lavrov, en referencia al despliegue de tropas y medios de combate del bloque militar en países con fronteras directas con esta nación.
Además, preocupa, afirmó, el auge de la lucha contra personas con otras ideas, la ofensiva contra la libertad de prensa y contra derechos lingüísticos y docentes, así como mantienen su ascenso las tendencias neonazis, lo cual ocurre con el silencio cómplice de Europa, apuntó.
Mientras eso ocurre, sin el debido rechazo de Europa, algunos países de la región lanzan acusaciones sin fundamento contra Rusia, como la propaganda de nuestro país o la supuesta guerra híbrida de Moscú en Europa, denunció el jefe de la diplomacia de este estado.
Con ello, algunas capitales europeas se libran de la responsabilidad de reconocer las violaciones eminentes de principios básicos de la OSCE, consideró Lavrov, citado por la televisión capitalina.
La división dentro de los estados del referido órgano internacional impide un trabajo más sólido para luchar contra verdaderas amenazas, en lugar de las artificiales, como el terrorismo, el narcotráfico o el crimen organizado, aseguró.
Respecto a su reunión con el canciller ruso, Pavel Klimkin, efectuada por iniciativa de este último, Lavrov afirmó que se refirieron al principal acuerdo, tras la visita aquí del diputado ucraniano Viktor Medvedchiuk, quien propuso un intercambio de prisioneros en Donbass.
Desde abril de 2014, el gobierno de derecha que llegó al poder dos meses antes, tras un golpe de estado en Kiev, lanzó una operación de castigo contra la población sublevada de la zona hullera del Donbass, donde se ubican las autoproclamadas repúblicas de Lugansk y Donetsk.
