Santiago de Chile, 17 dic (RHC) Sebastián Piñera y Alejandro Guillier se miden este domingo para decidir quién será el sucesor de Michel Bachellet.
Los chilenos volvieron a las urnas electorales este domingo para la segunda vuelta de los comicios presidenciales, en los que se miden el candidato de la derecha Sebastián Piñera y el oficialista Alejandro Guillier.
Desde las 8:00 am, hora local, fueron abiertos los colegios electorales para que los más de 14 millones trescientos mil chilenos convocados participen en los nuevos comicios.
El 19 de noviembre último los chilenos votaron y quedaron ambos candidatos pendientes para una segunda vuelta; Piñera con el 36,66% de los votos, por encima de Guillier que quedó con un 22,68%.
De voz grave y hablar pausado, Alejandro Guillier resume, con virtudes y defectos, la realidad de la centroizquierda en Chile en la actualidad, abocada a una decisiva elección presidencial este domingo.
Cuando Michelle Bachelet asumió por segunda vez en su carrera política el segundo mandato en el Palacio de La Moneda, el nombre de Guillier no aparecía en el espectro de los pesos pesados del país austral.
Parecía bastante claro que el exmandatario conservador Sebastián Piñera volvería a intentarlo, pero salvo el nombre de Ricardo Lagos, otro exgobernante, a nadie se le ocurrió entonces mencionar al flamante senador y experiodista.
Su nombre permanecía en los salones del Congreso Nacional en Valparaíso o en la antigua sede parlamentaria en Santiago, hasta que empezó a mencionarse con fuerza el pasado año, cuando apenas se calentaban los motores electorales.
Según su propia confesión, nunca pensó en aspirar al sillón principal y de hecho, a lo largo de una campaña con altibajos, pareció en ocasiones resignado a jugar un papel de telonero.
Guillier, de 64 años y con un prestigio notable en la región donde estudió, la norteña Antofagasta, tenía de todas formas una trayectoria periodística que le permitió el poderoso salto directo en 2013 al cotizado Senado de la República.
Como independiente y ante el debilitamiento de la figura de Lagos para enfrentar a Piñera, se afianzó en calidad de alternativa. El Partido Socialista le dio el espaldarazo.
Acto seguido sumó apoyos de los otros integrantes de la coalición de Gobierno Nueva Mayoría, con la que se ha manejado Bachelet. Sin embargo, se dieron fisuras.
Lagos se consideró traicionado y la Democracia Cristiana (DC) decidió separarse para ir a primera vuelta en las elecciones con su líder y también senadora, Carolina Goic. Ambas posturas fracasaron.
Por otro lado, Guillier tampoco se manifestó abiertamente simpatizante de la administración de Bachelet y así fue a la primera ronda, con las encuestas en su contra y el derrotismo como imagen predominante de la centroizquierda.
La sorpresa de Beatriz Sánchez, tercera contra todos los pronósticos por el emergente Frente Amplio, fue un bálsamo de esperanzas para el senador y sus seguidores. Piñera no arrasó como se esperaba y la centroizquierda volvía a respirar.
Empero, el discreto Guillier no lograba levantar pasiones con sus discursos, el Frente Amplio se manejó distante y crítico, y ni siquiera los respaldos de la DC, el Gobierno con el cual se reconcilió y otras fuerzas le dieron garantías.
Todavía a estas alturas no se puede afirmar si el otrora entrevistador marcó un perfil carente de carisma y llegada a la población por una estrategia pensada, falta de experiencia o malas asesorías.
Al final del camino, logró dar un giro de casi 180 grados. Fue más vertical en su discurso y proyección, aprovechó los dislates de su contrincante y con el sentimiento antipiñerista de un sector chileno, reforzó su imagen.
Más desafiante y preciso en propuestas que prefiere perfeccionar si llega a La Moneda, continuó firme en la idea de profundizar las reformas realizadas por Bachelet, con acento en la educación, temas tributarios, igualdad de género y sistema previsional.
Oriundo de La Serena, el nombre de la urbe natal no puede ser más cercano a la personalidad de este también sociólogo que deja inconforme a una izquierda más radical, despierta dudas en los centristas, pero ya fue aceptado como la alternativa a Piñera.
Sueña con un país donde los abuelos puedan disfrutar de pensiones justas, la educación sea un derecho de todos y la igualdad prevalezca.