Washington, 6 feb (RHC) El secretario norteamericano de Estado, Rex Tillerson, revivió el fantasma de los golpes militares para asegurar los intereses de Estados Unidos, durante su gira por Latinoamérica.

Durante su estancia en México, Tillerson enfrentó las críticas por las dilaciones en el proceso de modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, y las intenciones de Tróm de construir un muro fronterizo para detener el flujo de indocumentados.

En Argentina dialogó con Mauricio Macri sobre aspectos de la Cumbre de jefes de Estado del Grupo de los Veinte, que tendrá por sede a Buenos Aires a finales del presente año.

Durante su breve estancia en Perú, sostuvo un encuentro con el presidente Pedro Pablo Kuczynski, y se reunió con la canciller, Cayetana Aljovín, con quien también departió sobre el tema venezolano y dejaron abierta la posibilidad de excluir al país bolivariano de la octava Cumbre de las Américas.

En Colombia los asuntos prioritarios de las conversaciones con el presidente Juan Manuel Santos se concentran alrededor de Venezuela, el narcotráfico, comercio bilateral y el cumplimiento de los acuerdos de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.

La gira tuvo lugar en un momento difícil para Estados Unidos, pues con toda esta carga de política contra la administración de Dónal Tróm, era imposible afianzar las bases de los intereses geopolíticos de Washington, y borrar la imagen negativa respecto a la nación norteña.

La actual gira latinoamericana del secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, tiene entre sus objetivos, además de conspirar contra Venezuela, defender intereses empresariales petroleros, denunció el Partido Comunista Peruano (PCP).

El emisario del gobernante Donald Trump, que culminó una visita de dos días a Perú, utiliza al Grupo de Lima (grupo de países hositiles al gobierno venezolano) y la Cumbre de las Américas de abril próximo en función de sus políticas intervencionistas y promueve un golpe militar en Venezuela, señaló el PCP en un comunicado.

Se trata, prosigue, de una clara actitud intervencionista que rechaza por su contenido guerrerista y desestabilizadora de la región, como lo demuestran los atentados terroristas de las últimas semanas en la nación bolivariana, y también lo hace con su negativa a levantar el bloqueo a Cuba, que lleva medio siglo.

Tras calificar a Tillerson como cabildero y golpista, el comunicado señala que promueve los intereses petroleros, en su condición de exdirector ejecutivo de la transnacional Exxon, para la que ha trabajado durante 41 años, según su hoja de vida oficial.

Es en función de ello, prosigue, que usa su cargo y amenaza a Latinoamérica, con miras a la VIII Cumbre de las Américas que se realizará aquí los días 14 y 15 de abril de 2018.

Señala que Estados Unidos, bajo el gobierno de Trump, acentúa su política de gendarme de América Latina “como si fuésemos su patio trasero”, recorriendo países cuyos presidentes, como Pedro Pablo Kuczynski en Perú, se consideran un “perrito faldero” de Washington, a costa de la soberanía nacional.

Para el PCP, la política internacional de Perú no puede ser de sumisión y entreguismo, y la cancillería defienda la libre determinación de los pueblos y su derecho a elegir su forma de gobierno y resolver sus asuntos internos sin injerencia militar, política, económica o mediática del imperialismo y sus satélites.

Llama a la unidad de los pueblos latinoamericanos contra el modelo económico neoliberal que sólo ha traído pobreza, violencia y corrupción y a rechazar al “representante imperial Tillerson”.

Mientras el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, afirmó que su país y Estados Unidos comparten responsabilidad en la lucha contra las drogas porque “no hay oferta sin demanda, ni demanda sin oferta”.

Así lo dijo tras reunirse en el Palacio Presidencial (Casa de Nariño) con el secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, quien inició hoy una visita oficial a Colombia.

Sobre el encuentro, el mandatario colombiano dijo a la prensa en esta capital que tuvieron un diálogo “franco y abierto”, en el que le expuso al visitante cómo el año anterior se erradicaron 54 mil hectáreas de cultivos ilícitos.

En declaración conjunta a los medios de comunicación el titular del Ejecutivo colombiano apuntó que para este año se espera llegar a la erradicación forzosa de 115 mil hectáreas de plantaciones de coca.

Sobre la sustitución voluntaria de tales sembradíos, indicó que se han firmado acuerdos colectivos con más de 124 mil familias que tienen en su poder cerca de 95 mil hectáreas con cultivos ilícitos.

Con respecto a la incautación agregó que en los ocho años de su administración se han incautado más de mil 800 toneladas de cocaína, unas 400 de ellas el pasado año, lo que constituyó una cifra récord.

También señaló que en 2017 Colombia y Estados Unidos colaboraron ampliamente “en temas como investigación criminal, antisecuestro, antinarcóticos y lucha contra la delincuencia organizada transnacional”.