Brasilia, 16 feb (RHC-PL) El presidente Michel Temer consideró que ''es hora de restablecer el orden'' en Brasil, en una alocución trasmitida en cadena nacional y en la cual se refirió a la intervención federal en la seguridad pública de Río de Janeiro.
El desorden es la peor de las guerras, sostuvo el ocupante del Palacio de Planalto, quien reconoció que la determinación tomada este viernes de transferir a un general del Ejército la responsabilidad por la seguridad pública en ese estado constituye una medida extrema, acordada en diálogo con el gobernador Fernando Pezao.
Temer adujo que el crimen organizado casi tomó cuenta de Río de Janeiro y se convirtió en 'una metástasis' que se extiende por el país y amenaza la tranquilidad de la ciudadanía.
'No podemos aceptar más, pasivamente, la muerte de inocentes', señaló antes de afirmar que en la capital fluminense barrios enteros están sitiados, las escuelas permanecen bajo la mira de los fusiles y las avenidas se transformaron en trincheras.
Remarcó que el interventor designado por él, general de Ejército, Walter Souza Braga Netto, tendrá todos los poderes para restaurar la tranquilidad en ese estado durante el período en dure la intervención, que de acuerdo con el decreto promulgado hoy, se extenderá hasta el 31 de diciembre de 2018.
Según informó la oficina de Prensa de la Presidencia de la República, Temer viajará mañana a Río para una reunión de trabajo sobre seguridad pública.
La intervención federal en la seguridad pública del Estado de Río de Janeiro abre una nueva etapa del golpe en Brasil, opinó el periodista Guilherme Coutinho.
El autor del blog Nitroglicerina Política señaló que la verdadera motivación para recurrir a 'una de las medidas más drásticas existentes en el ordenamiento jurídico brasileño' no fueron los asaltos registrados durante el carnaval, sino el temor a una posible conmoción social que puede sacudir desde abajo las estructuras de la República.
En ese sentido recordó que la semana pasada en la entrada de la comunidad la Rocinha, ocupada meses atrás por los militares, un enorme cartel advertía que sus pobladores bajarían del morro si intentaban apresar al expresidente Luiz Inácio Lula de Silva, condenado en segunda instancia a 12 años y un mes de prisión.
El letrero -remarcó- mostró la fuerza del pueblo que, si se une, es una fortaleza inquebrantable.
Por su parte, el líder del Partido de los Trabajadores en el Senado Federal, Lindbergh Farias, aseveró que la intervención federal en la seguridad de Río de Janeiro 'representa un eufemismo para encubrir una ocupación con motivaciones políticas'.
Mientras, en declaraciones a la TV247, el diputado federal del Partido Socialismo y Libertad, Glauber Braga, alertó que la restricción de derechos que se derivará de la medida afectará sobre todo a las comunidades más vulnerables y solo creará una 'pseudo sensación de seguridad'.
Río, sostuvo el legislador, vive la ampliación de un estado de sitio.