Roma, 20 feb (RHC) La OMS, Organización Mundial de la Salud, indicó recientemente que Italia ocupa el segundo lugar entre los países europeos más afectados por la epidemia de sarampión en 2017, con más de 5000 casos.
De acuerdo con las estadísticas en primer lugar de la clasificación se ubicó Rumanía, con de cerca de 6000 casos, seguido por Ucrania, Grecia y Alemania.
Según el texto del organismo sanitario el total de personas infestadas por el virus en Europa ascendió a 21 000, situación atribuida a la disminución de la cobertura de vacunación, e inadecuados sistemas de vigilancia.
En septiembre de este año el comité regional de la OMS presentará un informe provisional sobre los progresos en torno a un plan de acción sobre vacunación para 2020, el cual incluye como meta la eliminación del sarampión y la rubéola.
Igualmente una investigación social determinó que el lugar de residencia constituyen un factor esencial en la esperanza de vida en Italia, más baja en general en el sur que en el norte del país.
Según el informe elaborado por el “Observatorio nacional de la salud en las regiones italianas”, perteneciente a la universidad Católica del Sagrado Corazón, las estadísticas demuestran que en la sureña región de Campania, cuya capital es Nápoles, la esperanza de vida para los hombres en 2017 fue de 78,9 años y 83,3 para las mujeres.
Esas cifras contrastan, sin embargo, con las registradas en el mismo período en la provincia autónoma de Trento, con indicadores económicos y sociales superiores, donde los hombres pueden aspirar a vivir 81,6 años y las mujeres 86,3 años.
En general, indica el texto, los mayores expectativas se concentran en las regiones del nordeste, entre las cuales se incluyen Emilia-Romaña, Friuli-Venecia Julia, Trentino-Alto Adige y Véneto, en las cuales alcanzan 81,2 años para los hombres y 85,6 para las mujeres.
El documento destaca la persistencia de esas brechas entre 2005 y 2016, especialmente en las regiones de Campania, Calabria, Sicilia, Cerdeña, Molise y Basilicata, en el sur; Lacio, en el centro; y Val d’Aosta y Piamonte, en el noroeste, donde la esperanza de vida se mantiene por debajo de la media nacional.
Por el contrario –señala- en casi todas las regiones del norte, además de Abruzo, en el centro; y Apulia, en el sur, ese indicador es siempre superior al promedio del país.
Por otra parte, el estudio se refiere a la relación entre las desigualdades sociales y la esperanza de vida, en la cual influyen directamente factores económicos y culturales, los cuales condicionan también el estado de salud de las generaciones futuras.
En ese sentido, cita como ejemplo la obesidad, un factor importante de riesgo presente en el 14,5 por ciento de las personas con un nivel educacional bajo, comparado con sólo 6,0 por ciento entre las personas más instruidas.
Una tendencia similar prevalece en lo que respecta a las enfermedades crónicas en el grupo etario de 25 a 44 años, en el cual afectan al 5,8 por ciento de los individuos con baja instrucción, comparado con 3,2 entre los graduados universitarios.