Moscú, 1 abr (RHC) Rusia denunció los intentos de Occidente de boicotear el Mundial de Fútbol, con el pretexto del supuesto ataque químico contra el doble agente Serguei Skripal en la ciudad inglesa de Salisbury.
Para Occidente, es una especie de sueño dorado, su principal objetivo, declaró la vocera de la Cancillería rusa, María Zajarova, al comentar las acciones de Occidente para expulsar a más de 140 diplomáticos de esta nación.
Mientras Rusia presentó 14 interrogantes a Reino Unido y Francia sobre el caso del doble agente Serguéi Skropal, a quien según Londres, envenenaron con armas químicas en la ciudad inglesa de Salisbury.
Moscú negó la existencia de alguna sustancia registrada como Novichók en la antigua Unión Soviética o en su territorio, y recordó que eliminó todo su arsenal químico bajo la supervisión de organismos y países occidentales en el 217, a diferencia de Washington y Londres.
Mientras la actitud del Reino Unido de negarse a mostrar datos concretos en el caso del doble agente Serguei Skripal, refuerza cada vez el argumento de Rusia de estar ante una provocación de los servicios de inteligencia británicos.
Entre más detalles aparecen de lo que pudo ser una teatralización de un ataque con armas químicas, con un guión digno de un premio Frambuesa de Oro, más parece quedar claro que existe un provocación con varios propósitos al mismo tiempo.
Londres se encuentra en una encrucijada. Toca hacer realidad la salida de la Unión Europea (UE), conocido como Brexit, un proceso traumático para el reinado y, por otro lado, Londres se presenta como el líder de la cruzada antirrusa en Occidente.
Como bien explica el embajador ruso en Reino Unido, Alexander Yakovenko, la nube de humo desplegada por Londres pareció dejar en un segundo plano, al menos a los ojos de su opinión pública y la internacional, las condiciones que debía aceptar de la UE.
La víspera, la cancillería rusa envió 14 preguntas al Reino Unido y Francia, donde se interesa por curiosos detalles de lo ocurrido en la ciudad inglesa, en un caso en el que dos ciudadanos rusos fueron víctimas de un acto terrorista en suelo británico.
Moscú exigió explicaciones sobre cómo los médicos del Reino Unido conocieron de antemano que antídoto aplicar a Skripal y su hija.
Rusia se interesó, además, por conocer si ambas naciones europeas poseen muestras de la sustancia que Occidente identifica como Novichok y si son capaces de producirla.
Ante la negativa de Londres a cumplir con la Convención Consular de 1968, Rusia indaga sobre la existencia de razones especiales para que el gobierno británico impida el contacto con dos ciudadanos rusos, atacados en territorio británico.
Ante tantas interrogantes, a Moscú le quedan muchas sospechas sobre la posible participación del Reino Unido en una provocación contra esta nación, de la que ahora le resulta difícil salir ileso, al menos en su reputación como parte acusadora.