Buenos Aires, 11 may (RHC) Trabajadores de Argentina y Guatemala mantienen una protesta en contra de las políticas neoliberales, por mejores condiciones laborales, alza de los salarios y el respeto al Convenio Colectivo de Trabajo.

Con otra medida de fuerza en una de sus líneas, los empleados del metro de Buenos Aires cierran otra semana de protestas, la tercera, contra una propuesta salarial con la que están en desacuerdo.

En respuesta al cierre de negociaciones salariales entre la empresa Metrovías y la Unión Tranviarios Automotor con un aumento del 13 por ciento, pararán la línea C -una de las de mayor demanda de pasajeros- que conecta a las localidades de Constitución con Retiro.

En un conflicto que se profundiza, los trabajadores en estos últimos días han permitido viajar gratuitamente a los pasajeros de una de sus seis rutas en horario pico alternando al día siguiente con un paro en horario de la tarde-noche.

Igualmente, más de 100 maestros guatemaltecos permanecen en la sede del Ministerio de Educación en demanda del cumplimiento de un pacto colectivo de trabajo, firmado en febrero pasado y que incluye un aumento salarial.

La postura del magisterio se suma al plantón que realizan desde el martes último en la capitalina Plaza de la Constitución, donde pernoctaron por 48 horas como anunciaron y seguirán hasta que sean atendidas sus demandas.

En declaraciones a la prensa, el titular de la cartera de Educación, Óscar Hugo López, rechazó la medida de fuerza de los docentes y los llamó a deponer esa actitud.

López aseguró que los abogados levantaron actas y responsabilizan de cualquier cosa que pase en las instalaciones a los educadores y dirigentes sindicales.

Hasta el lugar se han desplazado las fuerzas de seguridad, a modo de prevención, informaron las autoridades.

El funcionario aseguró que se solicitó el apoyo del Ministerio de Gobernación y de la Procuraduría de los Derechos humanos ante lo que califica de ocupación.

Los maestros acamparon el día 8 en los alrededores de la Plaza de la Constitución para exigir un aumento salarial firmado por el presidente guatemalteco, Jimmy Morales, que consideran una burla ante la demora del proceso.

El pasado 3 de mayo, el Sindicato de Trabajadores de la Educación de Guatemala (Steg) protagonizó una multitudinaria marcha que culminó en las puertas del Congreso.

Paralelamente, cerca de 30 mil profesores cumplen su tercera semana de paro de clases en varias escuelas públicas a nivel nacional como parte de las acciones de fuerza contra el Ejecutivo de Morales.

El pacto colectivo firmado hace dos meses incluye un aumento salarial del cinco por ciento anual durante tres años consecutivos, un bono de 2 500 quetzales (337,38 dólares) al año y un incentivo de 500 quetzales (67,47 dólares) anuales para los maestros con título universitario.

Según estimaciones del Ministerio de Educación, se necesitan al menos 950 millones de quetzales (128,2 millones de dólares) para cumplir con el pacto laboral, recursos que no fueron contemplados en el presupuesto del Estado.

Los docentes exigen al Congreso que apruebe una ampliación de las finanzas para cumplir con lo pactado.