Managua, 7 jun (RHC) Comerciantes del mercado Oriental, de la capital de Nicaragua, declararon la inexistencia de una huelga en medio de una gran campaña que le realizan y expresaron sus deseos de continuar el trabajo.

Los trabajadores emitieron un comunicado en rechazo a un pronunciamiento de individuos afines a la derecha, que declararon la interrupción de las labores en el centro para crear zozobra en la población, según refirieron.

En entrevistas televisadas por medios periodísticos nacionales, los vendedores aseguraron que sus negocios están abastecidos y manifestaron su interés de trabajar y pagar sus obligaciones fiscales, al condenar el llamado a la desobediencia civil de grupos opositores al gobierno.

Según afirmaron, ellos necesitan vender la mercancía para alimentar a sus familiares, por lo que sería ilógico realizar cualquier acción que perjudicara sus ingresos.

Asimismo, los comerciantes llamaron a la población a visitar el mercado y no dejarse intimidar por quienes pretenden sembrar el caos y el terror en el país.

En ese sentido aseguraron que custodian el sitio para proteger a los compradores y defenderse de posibles saqueos por parte de grupos vandálicos.

Considerado el centro de compra más grande de la nación, el mercado Oriental está ubicado al este del antiguo centro de Managua, donde se puede encontrar todo tipo de mercancías en calles angostas y pasadizos abarrotados de comercios.

Los actos vandálicos y bloqueos de vías persisten en varios departamentos, pese a constantes llamados a la paz y a reanudar el diálogo nacional para superar la crisis.

Este jueves el presidente Daniel Ortega se reunió con obispos de la Conferencia Episcopal, quien solicitó el encuentro para valorar la conveniencia de llevar adelante el diálogo.

Mediadora y testigo del proceso, la jerarquía católica congeló las conversaciones el 31 de mayo por actos de violencia, de los cuáles responsabiliza a partidarios del gobierno, a pesar de que el Ejecutivo rechazó esas acusaciones.

Según denunció la administración, la situación de violencia delincuencial es generada por grupos políticos de oposición con agendas específicas, lo cual constituye una conspiración que viola la Constitución.

La escalda de agresiones estalló el 18 de abril contra reformas al seguro social, más tarde derogadas, pero que detuvieron las protestas, a las cuales se sumaron otras demandas políticas.