Madrid, 18 jun (RHC) Iñaki Urdangarin, cuñado del rey Felipe VI, ingresó este lunes en prisión para cumplir la condena de cinco años y 10 meses que le impuso la semana pasada el Tribunal Supremo de España por un caso de corrupción.
El esposo de la infanta Cristina -una de las dos hermanas del monarca- se registró a primera hora de este lunes en la cárcel de Brieva, en la provincia de Ávila (noroeste de Madrid), un centro que eligió de manera voluntaria, informó Instituciones Penitenciarias, precisa Prensa Latina.
La prisión elegida por el yerno del rey emérito Juan Carlos es un centro para mujeres que cuenta con un módulo para hombres y con 162 celdas, además de 18 calabozos complementarios.
En un fallo que dio por acreditado que se benefició de sus conexiones con la realeza para lucrarse ilegalmente, el Supremo condenó el martes pasado al exjugador de balonmano por malversación, prevaricación, fraude, dos delitos fiscales y tráfico de influencias.
Según la sentencia, el marido de Cristina de Borbón se aprovechó de su 'situación de privilegio' para obtener contrataciones del Instituto Nóos, que presidió de 2004 a 2006, consiguiendo influir en las autoridades de la región española de Islas Baleares.
Esa entidad sin ánimo de lucro fue utilizada por Urdangarin y su exsocio Diego Torres para desviar más de seis millones de euros de fondos públicos.
Cuando el pasado día 12 trascendió la resolución del alto tribunal, la Casa del Rey expresó su 'respeto absoluto a la independencia del poder judicial'.
Tanto la infanta Cristina como su esposo fueron apartados de toda actividad institucional a finales de 2011, días antes de que Urdangarin resultara imputado.
Durante el mismo proceso, la justicia absolvió a la hermana de Felipe VI, tras considerar que no cometió los dos delitos fiscales de cooperación necesaria en fraude fiscal de los que se le acusaba, en un escándalo relacionado con las actividades de su pareja.
El juicio por el caso Nóos, una de las grandes causas por presunta corrupción de la historia judicial española, dañó en su momento la imagen de la realeza y fue uno de los factores que contribuyó en 2014 a la abdicación del rey Juan Carlos I en favor de su hijo Felipe.
La hermana del también jefe del Estado se convirtió en el primer miembro de la familia real de este país europeo en sentarse en el banquillo de los acusados.
El caso contribuyó a llevar la popularidad de la monarquía a sus peores niveles en décadas, provocando la indignación de la opinión pública en una nación que sufrió una profunda crisis económica y grandes escándalos de corrupción política.
(Prensa Latina)