El conocido como proyecto de compromiso, concertado entre miembros moderados y conservadores del partido rojo, recibió solo 121 votos a favor y 301 en contra, entre estos últimos los de todos los demócratas y 112 republicanos.

La derrota de esta propuesta legislativa era esperada, dadas las profundas divisiones mostradas por la fuerza política del jefe de la Casa Blanca durante las negociaciones.

Se trata de la segunda ley de inmigración republicana que fracasa en la Cámara Baja, luego de que el 21 de junio tuviera también un resultado negativo un proyecto de línea dura que habría reducido considerablemente los niveles de inmigración legal.

El diseño de compromiso que fracasó este miércoles incluyó un grupo de propuestas políticas conservadoras, en consonancia con algunas demandas de la mansión ejecutiva, y entre sus puntos fundamentales habría dado un camino a la ciudadanía a los jóvenes indocumentados traídos a Estados Unidos en su niñez.

Según la propuesta, esas personas tendrían un estatus legal temporal durante seis años, después de los cuales podían solicitar una tarjeta verde de residencia permanente, aunque no se garantizaba su otorgamiento en todos los casos.

El proyecto exigía el otorgamiento de 25 mil millones de dólares para el polémico muro que Trump quiere construir en la frontera con México, al cual se oponen los demócratas, y también contenía disposiciones que habrían reducido significativamente los niveles legales de inmigración.

Además, abordaba la separación de niños inmigrantes de sus padres al ser detenidos al cruzar de forma ilegal la frontera con México, un tema que ha provocado gran indignación en las últimas semanas y con el cual aún lidia la administración.

Esta mañana Trump escribió en Twitter a los republicanos de la Cámara Baja: 'Deben aprobar el proyecto de inmigración fuerte, pero justo, conocido como Goodlatte II, en su voto vespertino de hoy, aunque los demócratas no lo dejen aprobar en el Senado'.

Tal comentario pareció un cambio de postura del gobernante, quien la semana pasada llegó a decir a los legisladores de su partido que no perdieran más el tiempo con proyectos sobre inmigración hasta después de las elecciones de medio término de noviembre venidero.

Algunos congresistas habían expresado recientemente su preocupación por el hecho de que Trump no había tomado en cuenta la legislación y manifestaron que sus perspectivas eran inciertas sin señales claras de apoyo de la Casa Blanca.