Tokio, 6 ago (RHC) Autoridades de Japón abogaron este lunes por un mundo sin armas nucleares durante la ceremonia por el 73 aniversario del bombardeo atómico norteamericano de Hiroshima.
De acuerdo con el alcalde de esa ciudad, Kazumi Matsui, si la familia humana olvida la historia o deja de confrontarla, se podría cometer un terrible error, resalta Prensa Latina.
Algunos países están proclamando abiertamente su nacionalismo egocéntrico y modernizan sus arsenales nucleares, reavivando las tensiones que se habían mitigado al término de la Guerra Fría, indicó Matsui.
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, pidió redoblar los esfuerzos globales para conseguir un mundo sin armas atómicas.
La ceremonia en el Parque de la Paz de Hiroshima contó con la participación de representantes diplomáticos de 85 países.
En ese contexto, Abe defendió los tres principios que según él propugna Japón en cuanto a armas nucleares: no poseerlas, no producirlas no comprarlas.
Sin embargo, Tokio no se ha convertido en signatario del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares que entró en vigor en julio de 2017.
El Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, presente en la actividad, dijo que el legado de Hirosima es el de la resiliencia.
Guterres también solicitó el apoyo moral continuo de los supervivientes, muchos de los cuales ahora son mayores de 82 de años, para promover la prohibición de las armas nucleares.
En agosto de 1945 los japoneses vivieron la tragedia de dos bombas nucleares que cayeron sobre los puertos de Hiroshima y Nagasaki.
Ambos ataques de las tropas estadounidenses provocaron la muerte instantánea de más de 100 mil personas.
En el marco de la Segunda Guerra Mundial, el presidente de Estados Unidos, Harry S. Truman, autorizó un primer bombardeo sobre Hiroshima ya que Japón se había negado a aceptar la rendición propuesta por los aliados.
El 6 de agosto, un avión bombardero Boeing B-29, bautizado Enola Gay, dejó caer la bomba 'Little Boy' que hizo estallar una carga de 15 mil toneladas de TNT y devastó un rango de 13 kilómetros cuadrados, que dejó miles de muertos, casi todos civiles.
Tres días después la fuerza aérea estadounidense sobrevoló la ciudad de Kokura, sin embargo, el cielo estaba tan nublado que fue preciso ejecutar el plan alternativo, lanzar la bomba 'Fat Man' sobre Nagasaki.
En ese mismo mes el emperador nipón Hirohito oficializó un anuncio de rendición y el 2 de septiembre de ese año Japón firmó la rendición absoluta ante los aliados.
(Prensa Latina)