Madrid, 3 sep (RHC) Las autoridades españolas rescataron a 260 personas de origen subsahariano y magrebí que intentaban llegar a las costas del sur del país en numerosas embarcaciones precarias.

En Madrid informó el servicio de Salvamento Marítimo que un total de 120 inmigrantes fueron interceptados cuando navegaban a bordo de seis barcas rudimentarias en el estrecho de Gibraltar que separa Europa de África y donde se produce la unión natural entre el mar Mediterráneo y el océano Atlántico.

Asimismo explicó el ente encargado de la seguridad en aguas españolas que sus buques socorrieron en la jornada a otros 140 migrantes que viajaban en tres botes en el mar de Alborán, en la parte más occidental del Mediterráneo.

Todos los rescatados, entre ellos varias mujeres y niños, están siendo trasladados por los guardacostas de Salvamento a diferentes puertos de la sureña comunidad autónoma de Andalucía, región de España más castigada por la migración irregular.

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur) calificó la travesía del mar Mediterráneo como la más letal para emigrar hacia Europa, con más de 1 600 muertos o desaparecidos en lo que va de año.

Esa ruta es ahora más mortífera que nunca para la población de regiones aledañas que la emplean con ese fin, señala un nuevo informe de esta agencia del organismo mundial titulado Jornadas de desespero.

Aunque decae el número total de personas que llegan al llamado viejo continente, la tasa de fallecidos aumenta de forma notable, sobre todo para los grupos de inmigrantes que atraviesan el Mediterráneo.

Una persona murió o desapareció por cada 18 que viajaron hacia a Europa por el Mediterráneo central de enero a julio de 2018, lo cual significa un incremento respecto a 2017 cuando se producía uno por cada 42 en el mismo período, explica el Acnur.

“Este informe confirma una vez más al Mediterráneo como una de las travesías marítimas más mortíferas del mundo”, subrayó el director para Europa de la agencia de la ONU.

La institución humanitaria, con sede en esta capital y encargada de proteger a los refugiados y desplazados por conflictos, solicitó en un llamado conjunto con la Organización Internacional de las Migraciones un enfoque regional previsible para el rescate y desembarque de personas en peligro en el Mediterráneo.