Buenos Aires, 12 sep (PL) La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) de Argentina protagoniza un paro nacional en reclamo por los miles de despedidos y contra el ajuste del Gobierno que preside Mauricio Macri.
El color verde y blanco que identifica a la ATE se multiplica desde las calles y avenidas principales de Buenos Aires hasta en los lugares más distantes como en Tierra del Fuego, fuerte protesta en un país donde los trabajadores públicos han sido duramente castigados por el recorte del Ejecutivo.
La lucha de los Astilleros de Río Santiago, que hace pocos días ocuparon portada por una represión frente a la gobernación bonaerense donde salieron a manifestarse, la de los de agroindustria, donde fueron echados a la calle más de 500 personas, la de la agencia Télam, en paro por más de 350 compañeros despedidos, y la de tantos otros se respiran en toda la nación.
Con globos negros y sus batas blancas, decenas de médicos y residentes del Hospital Posadas, en el courbano bonaerense, -otro de los centros golpeados por el ajuste-, salieron a alertar sobre posibles nuevos despidos y el cierre de áreas que dejarían a decenas de pacientes sin tratamiento.
La bronca también se siente dentro del sector de la cultura, cuyo ministerio fue reducido a secretaría en medio de la restructuración que hizo el Ejecutivo para sostener la crisis económica por el alza del dólar y su impacto en la devaluación en la moneda nacional.
Vestidos de negro en referencia al luto, representantes de este sector hicieron una marcha fúnebre desde el Museo Nacional de Bellas Artes hasta la ahora secretaria de cultura de Nación.
La imagen de la protesta se repite en varias calles de Buenos Aires y otras provincias como Santa Fe, Misiones, Chaco, Corrientes, por solo citar algunas.
Las ollas populares, una iniciativa encabezada por los trabajadores de la economía popular, en la que instalan grandes cacerolas en las calles y cocinan para los más necesitados, se suceden en varias provincias en conjunto con otras iniciativas para mandarle un mensaje al Gobierno: frenar la política de ajuste.
Desde las afueras del ministerio de Agroindustria, el secretario general de ATE, Hugo Godoy, resaltó que hoy es una jornada histórica de lucha por trabajo, por producción y soberanía, tras resaltar su orgullo por la amplia convocatoria de participantes.
Hay muchos ocupando las calles, las rutas, diciéndole al Gobierno que ya basta de despidos, de cierre de fábricas, no al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, no a un presupuesto de hambre que lo que anuncia es un ajuste perpetuo, declaró.
El líder sindicalista alertó que si el Ejecutivo de Mauricio Macri no comprende ni atiende este profundo reclamos de miles de argentinos, la lucha se va a profundizar.
Asimismo, adelantó que esta jornada de hoy es la antesala de un paro activo que desarrollarán la Central de Trabajadores de Argentina y su hermana, la Central de Trabajadores Autónoma el 24 de septiembre junto con otros sindicatos para exigir y lograr que el Gobierno cambie su política económica y social.
Con globos negros y sus batas blancas, decenas de médicos y residentes del Hospital Posadas, en el courbano bonaerense, -otro de los centros golpeados por el ajuste-, salieron a alertar sobre posibles nuevos despidos y el cierre de áreas que dejarían a decenas de pacientes sin tratamiento.
La bronca también se siente dentro del sector de la cultura, cuyo ministerio fue reducido a secretaría en medio de la restructuración que hizo el Ejecutivo para sostener la crisis económica por el alza del dólar y su impacto en la devaluación en la moneda nacional.
Vestidos de negro en referencia al luto, representantes de este sector hicieron una marcha fúnebre desde el Museo Nacional de Bellas Artes hasta la ahora secretaria de cultura de Nación.
La imagen de la protesta se repite en varias calles de Buenos Aires y otras provincias como Santa Fe, Misiones, Chaco, Corrientes, por solo citar algunas.
Las ollas populares, una iniciativa encabezada por los trabajadores de la economía popular, en la que instalan grandes cacerolas en las calles y cocinan para los más necesitados, se suceden en varias provincias en conjunto con otras iniciativas para mandarle un mensaje al Gobierno: frenar la política de ajuste.
Desde las afueras del ministerio de Agroindustria, el secretario general de ATE, Hugo Godoy, resaltó que hoy es una jornada histórica de lucha por trabajo, por producción y soberanía, tras resaltar su orgullo por la amplia convocatoria de participantes.
Hay muchos ocupando las calles, las rutas, diciéndole al Gobierno que ya basta de despidos, de cierre de fábricas, no al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, no a un presupuesto de hambre que lo que anuncia es un ajuste perpetuo, declaró.
El líder sindicalista alertó que si el Ejecutivo de Mauricio Macri no comprende ni atiende este profundo reclamos de miles de argentinos, la lucha se va a profundizar.
Asimismo, adelantó que esta jornada de hoy es la antesala de un paro activo que desarrollarán la Central de Trabajadores de Argentina y su hermana, la Central de Trabajadores Autónoma el 24 de septiembre junto con otros sindicatos para exigir y lograr que el Gobierno cambie su política económica y social.
