Asimismo, agregó el comunicado, el nuevo gabinete 'inscribirá su acción en la continuidad de la política desarrollada por el gobierno y del calendario de reformas de los próximos meses'.

La remodelación se produjo a raíz de la renuncia del ministro del Interior, Gerard Collomb, tras lo cual Macron optó por hacer cambios más significados en un momento en que su popularidad se hunde estrepitosamente, de acuerdo con los sondeos.

Para reemplazar a Collomb, el mandatario designó a Christophe Castaner, considerado uno de sus hombres más fieles, que hasta ahora fue secretario de Estado para las Relaciones con el Parlamento y secretario general del movimiento gubernamental La República En Marcha (LREM).

Poco después de su nombramiento, Castaner anunció que abandonará su puesto en LREM para dedicarse por completo a la cartera de Interior, en la cual estará apoyado por Laurent Nuñez (actual director de la Seguridad Interior), que pasará a ser secretario de Estado.

Por otro lado, en el cargo de secretario de Estado para las Relaciones con el Parlamento quedará el diputado centrista Marc Fesneau.

Otra cartera con cambios es la de Cultura, que será asumida por el diputado de centroderecha Franck Riester, en sustitución de Françoise Nyssen.

Aunque el Elíseo no hizo alusión a los motivos de la salida de Nyssen, la hasta ahora titular está envuelta en una investigación judicial por presuntas irregularidades en su casa editorial Actes Sud.

Por otro lado, la centrista Jacqueline Gourault fue nombrada ministra de la Cohesión de los Territorios, en reemplazo de Jacques Mézard, en tanto el socialista Didier Guillaume asumirá la cartera de Agricultura en sustitución de Stéphane Travert.

La demora de dos semanas en anunciar la remodelación del gabinete fue interpretada por numerosos analistas y políticos como una evidencia de la crisis existente a lo interno del Gobierno, lo cual fue rotundamente negado por el Ejecutivo.