Bruselas, 3 dic (RHC) El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, pospuso su discurso ante la Asamblea Nacional francesa para priorizar una sesión de control al Gobierno, inmerso en solucionar las protestas de los chalecos amarillos.

El órgano ejecutivo comunitario decidió se reserve la sesión de mañana martes para cuestiones de actualidad francesa y la fecha de la nueva intervención de sulíder será fijada próximamente, precisó en un comunicado.

Antes del Consejo Europeo de los próximos 13 y 14 de diciembre y de las elecciones europeas, previstas entre el 23 y 26 de mayo de 2019, el político luxemburgués compartirá “su visión de una Europa más unida, más fuerte y más democrática, que ejerce plenamente su soberanía”, según divulgó la entidad en el anuncio de la visita a París.

Juncker, quien se encarga de proponer la legislación, la aplicación de las decisiones, la defensa de los tratados de la Unión y del día a día de la Unión Europea, resultará el segundo dirigente extranjero en pronunciarse en el Palais Bourbon durante este mandato, tras la intervención el pasado abril del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.

No obstante al corrimiento del discurso, fuentes internas del bloque y medios periodísticos franceses coinciden en asegurar que sigue en pie su encuentro con el presidente galo, Emmanuel Macron, fijado para el martes a las 19.30, hora local.

El movimiento de los chalecos amarillos, que toma su nombre de la prenda fluorescente de uso obligatorio para los automovilistas, inició el pasado 17 de noviembre para denunciar el incremento de los costos del combustible, pero devino plataforma de otras demandas.

En este período, se sumaron a los ciudadanos, líderes políticos de varias tendencias y exigen además el acceso igualitario a la seguridad social, el aumento de los pagos por jubilación así como el fin del mandato de Macron, la convocatoria a elecciones generales o la celebración de un referendo.

El primer ministro francés, Edouard Philippe, participa en encuentros con líderes de los principales partidos políticos del país para hallar una solución a la crisis generada por las protestas de los llamados chalecos amarillos.

Decenas de miles de ciudadanos participan desde el 17 de noviembre en las demostraciones convocadas por ese movimiento, opuesto a la gestión del presidente Emmanuel Macron y a decisiones como el incremento de los precios del combustible y de los impuestos en general.

Luego de tres fines de semanas de disturbios en esta capital y otras ciudades, el mandatario solicitó a Philippe reunirse con miembros de varias formaciones políticas y con representantes de los chalecos amarillos, cuya dirección es descentralizada.

Entre los dirigentes que dialogan con el primer ministro esta jornada se encuentran la alcaldesa de París, Anne Hidalgo; la ultraderechista Marine Le Pen; el socialista Olivier Faure; el presidente de los Republicanos, Laurent Wauquiez; y miembros de Francia Insumisa, de Jean-Luc Melenchon.

El intercambio con los organizadores de las protestas está previsto para mañana en el Palacio de Matignon, pero existe la posibilidad de que sea fallido como el planificado para el pasado viernes.

Mientras el gobierno trata de poner fin a la compleja situación, medios de prensa advierten que las convocatorias a nuevas demostraciones crecen en las redes sociales y cientos de escuelas permanecen cerradas para exigir mejoras en el sistema educativo y apoyar a los chalecos amarillos.

Asimismo, continúan los bloqueos en las carreteras y más de 400 personas fueron detenidas durante las acciones de los últimos días.

Al igual que los manifestantes, líderes políticos de varias tendencias exigen el fin del mandato de Macron, la convocatoria a elecciones generales o la celebración de un referendo.

En un inicio, las protestas fueron organizadas para denunciar el incremento de los costos del combustible, pero después se convirtieron en tribuna de otras demandas como el acceso igualitario a la seguridad social y el aumento de los pagos por jubilación.

Los participantes también piden el respeto a los derechos de los trabajadores, el fin de la política de austeridad y la protección a los migrantes.

De acuerdo con un estudio reciente, alrededor del 80 por ciento de los franceses apoya a los manifestantes y considera que sus exigencias son de interés general.