Moscú, 15 feb (RHC) Rusia responsabilizó a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la Unión Europea (UE) de obstaculizar, junto a Estados Unidos, el Tratado de Armas Nucleares de mediano y corto alcance (INF).

Al intervenir esta jornada en la Conferencia de Paz de Munich, el secretario general de la OTAN, Jen Stoltenberg, indicó que ese bloque se preparaba para vivir en un mundo sin el INF y llamó a Rusia a regresar al cumplimiento de ese acuerdo.

El presidente del Comité de Relaciones Internacionales de la Duma (cámara baja rusa), Konstantin Kosachov, denunció que la posición asumida por Stoltenberg hace cómplice a la alianza atlántica y países de la UE de la destrucción del citado tratado.

Kosachov destacó que Stoltenberg demostró en Munich que los países de la alianza apoyan ciegamente y a coro a su aliado norteamericano contra Rusia en el caso del acuerdo de misiles de un alcance de entre 500 y cinco mil 500 kilómetros.

El secretario general de la OTAN fue incapaz de dar una respuesta clara a interrogantes de Kosachov sobre si en algún momento hubo consultas con expertos vinculadas al INF, o si leyó las demandas de aclaraciones que hizo Moscú a Washington.

Rusia denunció que desde 2009 demandó a Estados Unidos aclaraciones sobre el empleo de drones de asalto, cuyo funcionamiento y objetivos son descritos como rampas terrestres con un alcance prohibido en el INF.

Además, el Kremlin también denunció rampas MK-41 para lanzar desde allí cohetes interceptores, aunque también pueden ser transformados en lanzaderas para misiles alados Tomahawk, con un alcance superior a los dos mil kilómetros.

Moscú también denunció que los misiles empleados como señuelos en las prácticas con los sistemas anticoheriles, realizan su vuelo completo y más bien constituyen pruebas para desarrollar un proyectil de mayor alcance, prohibido por el INF.

Un avión de espionaje estadounidense y otro sueco fueron detectados hoy cerca del espacio aéreo ruso, en medio de llamados del ministerio de Defensa de este país a Occidente a poner fin a esas provocaciones.

En un caso, un avión de reconocimiento norteamericano RC-135 V, con matrícula 64-14811, partió desde la base aérea griega de Suda-Bay, y luego de cambiar dos veces de identificador para las comunicaciones, voló cerca del suroeste de Crimea.

Al parecer, el cambio de registro estaría vinculado a un intento de reducir la atención sobre el aparato estadounidense, cuando atravesó el espacio aéreo búlgaro en dirección al mar Negro, señala la televisión capitalina.

De su lado, un avión sueco de espionaje GIV SP, con matrícula 102003, despegó desde la base aérea de Linchepring para trasladarse a una zona cercana al enclave occidental ruso de Kaliningrado.

Pese a ser promotora de la provocación aérea, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se quejó por el acercamiento supuestamente peligroso a sus naves espías de cazas rusos que los escoltan para evitar su entrada a la frontera rusa.

Sin embargo, expertos afirman que aviones como el RC-135 V cuentan con equipos capaces de recopilar información detallada a varios cientos de kilómetros de su ubicación, por lo que desde Crimea puede tomar datos de la conflictiva zona de Donbass.

Ello ocurre en medio de los anuncios de la OTAN de sus intenciones de reforzar la presencia de sus buques de combate en el mar Negro, pese a las restricciones existentes para la estancia allí de naves de combate de países fuera de esa cuenca marítima.