Naciones Unidas, 10 abr (RHC) El representante permanente de Venezuela ante la ONU, Samuel Moncada, afirmó  que muchos países del organismo multilateral no acompañan a Estados Unidos en su postura hostil contra el Gobierno de Caracas.

Así dijo ante una pregunta de Prensa Latina, y recalcó que Naciones Unidas está conformada por 193 Estados, y solo 54 de ellos respaldan a Washington, según la cifra proporcionada este miércoles por el propio vicepresidente norteamericano, Mike Pence.

Moncada reclacó que incluso algunos de los que dicen que respaldan a Washington están reconciderando su posición luego que el titular de un parlamento en desacato, Juan Guaidó, no tomara el poder al día siguiente de su autoproclamación como presidente interino.

Para aliviar la situación impuesta por medio de sanciones y sabotajes económicos, Caracas trabaja con todas las agencias de la ONU, y muchas ya están en el terreno. Además, hay una estrecha colaboración con Rusia y China, cuyas ayudas arriban a Venezuela cada semana, informó.

El embajador denunció la maniobras impulsadas por Estados Unidos en la Organización de Estados Americanos para sentar en esa mesa a un representante de Guaidó, después de que Venezuela anunció su salida del organismo, algo que quieren hacer también en la ONU.

Ahora quieren hacer lo mismo en la ONU y hablan sobre una resolución que presentarán para pedir que se retiren las credenciales al personal diplomático de mi país acreditado en Naciones Unidas, advirtió Moncada.

Alertó sobre cómo el Gobierno norteamericano viola el tratado que firmó como Estado sede de la ONU al obstaculizar la entrega de visas a los diplomáticos venezolanos y restringirles sus movimientos con la intención de poner en riesgo la labor de los diplomáticos venezolanos.

Washington quieren sacarnos de la ONU porque desea imponer una dictadura en Venezuela que le permita saquear los recursos de todo un territorio, declaró Moncada a la prensa.

Samuel Moncada concluyó que la supuesta crisis humanitaria es producto de un shock provocado por Estados Unidos y Reino Unido que impiden al Gobierno de Caracas acceder a sus fondos financieros en el extranjero.