Argel, 16 abr (RHC) El presidente del Consejo Constitucional de Argelia, Tayeb Belaiz, presentó su renuncia al presidente interino Abdelkader Bensalah.

De acuerdo con medios locales de prensa, Belaiz, considerado una de las tres figuras clave del Ejecutivo y a quien los manifestantes exigían su dimisión, anunció el abandono del cargo en reunión celebrada este martes luego de haberlo juramentado el pasado 21 de febrero.

En su carta de renuncia al mandatario, el alto funcionario  expresó el deseo de que Dios mantenga a Argelia y a sus valientes personas a salvo de cualquier peligro.
          
Sin dar más detalles al respecto, la Agencia oficial APS hizo pública la dimisión, en medio de nuevas protestas de estudiantes en las calles de Argel y otros lugares del país, donde por varias semanas se exige la salida total de lo que llaman sistema.
Belaiz está considerado figura cercana al expresidente Abdelaziz Bouteflika, quien por las presiones de las protestas renunció, primero, a una quinta postulación y luego, al cargo asumido desde 1999 a pocos días de expirar su mandato.

Sin contemplar el abandono de las manifestaciones de los últimos ocho viernes, el llamado “Hirak” (movimiento) popular en Argelia se vuelca hoy a un debate sobre su liderazgo y representación durante el período de transición.

Tanto en las calles como en espacios de opinión de medios noticiosos locales las interrogantes que más salen a la palestra son si los argelinos que se movilizaron el 22 de febrero para impugnar la candidatura de Abdelaziz Bouteflika a un quinto mandato deben o no dotarse de representantes.

Mucha más curiosidad suscita saber qué personalidades políticas cuentan con suficiente consenso para asumir tal tarea y cómo podría insertar las principales reivindicaciones de la ciudadanía en la transición política y en el período posterior a las elecciones presidenciales del 4 de julio.

De acuerdo con el periódico opositor El Watan, hay una lista de personas elegibles para personificar las demandas y aspiraciones de la mayoría, sobre todo abogados, activistas de derechos humanos, periodistas y diputados, aunque persisten divergencias respecto a quién es el más idóneo.

Preguntado sobre el tema, Abdelhamid Mustafa, un joven de 23 años que vende en una tienda lienzos para usar como velos islámicos, rechazó la idea de “caer en el mismo esquema de los políticos, los del sistema (gobierno y sus aliados) y los de la oposición”, puntualizó.

Sin embargo, tanto en el seno de los partidos opositores como en el de los grupos de manifestantes contra la designación del presidente interino, Abdelkader Bensalah, se defiende la idea de confiar el manejo de la transición a personalidades nacionales aceptadas por todos.

A priori, según fuentes citadas por la televisión argelina, lo único que los une en la objeción a que el interinato de 90 días sea administrado por cualquier persona vinculada con el ya expresidente Bouteflika, quien dimitió el 2 de abril presionado por las multitudinarias protestas.

Entre las agrupaciones adversarias del gobernante Frente de Liberación Nacional (FLN) hay discrepancias respecto al modo de elección de los eventuales representantes para gestionar la transición, y “el mismo debate ya hizo su aparición dentro del propio movimiento (popular)”, acotó El Watan.

Basta acceder a las redes sociales para constatar innumerables propuestas de distintos sectores con listas de figuras que, en principio, pudieran tomar las riendas del próximo período provisional y que hasta ahora han sido descartadas por la cúpula en el poder.

Mustafa y otros de sus contemporáneos que cada viernes marchan por el centro de Argel en reclamo de un “cambio radical del sistema” se negaron categóricamente a “convertir la protesta en partido (político)”, y como muchos otros tampoco explica con nitidez qué desea para el futuro inmediato.

Entre las figuras supuestamente llamadas a representar el “hirak” (término tomado del dialecto local para definir movimiento) destacan los abocados Mustapha Bouchachi (defensor de los derechos humanos, analista y político) y Zoubida Assooul, vinculada y apoyada por el movimiento Mouwatana.

El exdiputado Karim Tabbou, un elocuente orador en las movilizaciones y en espacios televisivos; el abogado Abdelghani Badi, el activista Samir Belarbi y el periodista Foudil Bouomala, también se mencionan en esa relación dentro de la cual no aparece ningún “candidato oficial” de las universidades.

Bensalah, en su condición de jefe de Estado en funciones, instruyó al Ministerio del Interior convocar a elecciones presidenciales el 4 de julio dentro del plazo de tres meses que estipula la Constitución.