Puerto Príncipe, 15 oct (RHC) Al comparecer ante los medios de prensa, el presidente haitiano Jovenel Moïse convocó al diálogo para solucionar la actual crisis sociopolítica, pero aún se mantienen las protestas con barricadas en la calle y otras formas de lucha.

Este martes algunas escuelas y empresas abrieron sus puertas, después de la masiva movilización del domingo pasado convocada por los artistas, sin embargo, el discurso del mandatario caldeó la ira de manifestantes que desde hace un mes piden su dimisión.

Moïse señaló que el país está inmerso en una crisis socioeconómica y política profunda, pero insistió en que la manera de resolverlas es con un diálogo, que antes fue rechazado por sectores opositores.

“Es un problema sistémico, es un sistema que tiene guardianes, herederos y víctimas”, dijo el mandatario y reiteró que “solo podemos tocar el sistema a través del diálogo”.

En el último mes, manifestantes y sectores opositores piden un cambio de sistema que permita atender las demandas de la mayoría, de mayor acceso a la educación, salud empleo y otros.

La nación de casi 12 millones de habitantes tiene una tasa de desempleo que supera al 70 por ciento de la población activa, además de mantener uno de los más bajos indicadores de desarrollo económico y social de la región.

Moïse coincidió con la legitimidad del descontento social, aunque subrayó que todas las problemáticas deben ser planteadas en la mesa de negociaciones y confirmó estar a favor de un diálogo “franco y sincero”.

Las palabras del gobernante tuvieron lugar el mismo día en que las Naciones Unidas cerraron en Haití sus operaciones de paz, después de 15 años en la nación caribeña, que ha sido catalogada por movimientos progresistas como ocupación militar al mando de Estados Unidos.

Pesa, además, la inexistencia de un gobierno desde hace casi siete meses, luego que en marzo pasado el Parlamento despidiera al primer ministro, y después de cinco sesiones infructuosas de establecer un gabinete.

Para los manifestantes y sectores opositores, el jefe de Estado ha exacerbado los males del país, y piden su renuncia e instauración de un gobierno capaz de hacer frente a los problemas urgentes.

En un inesperado discurso en el Palacio Nacional, el presidente haitiano, Jovenel Moïse, insistió en el diálogo y aseguró que sería irresponsable de su parte renunciar al cargo.

El mandatario habló por segunda vez en medio de la fuerte crisis sociopolítica que vive el país hace un mes, con peticiones de renuncia, y señaló que desde que llegó a la presidencia en 2017, está llamando al diálogo, sin obtener resultados.

Subrayó que durante el periodo de transición 2004-2006, una de las demandas más fuerte de opositores y manifestantes, se firmó uno de los más lesivos para el Estado.

Desde esa fecha, subrayó “estamos peor”, pero los haitianos “no me eligieron para llevarlos al caos”.

Asimismo, enfatizó que “incluso en los países donde hay guerra, hay escuela”, en referencia a los cuatro meses de parálisis de todas las actividades, incluidas las docentes, en el territorio nacional.

Desde el 16 de septiembre pasado, cuando estallaron las protestas por la escasez de combustible, al menos dos millones de niños no han podido asistir a las escuelas, en medio de los disturbios sociales en todo el país.

También funcionan de manera irregular los comercios, empresas, negocios, aduanas, recaudación de impuestos y otros, lo que, según economistas tendrá un grave impacto en las finanzas de la empobrecida nación.

En cuanto al polémico grupo de seguridad extranjero con que cuenta el gobernante, Moïse precisó que constituyen “un equipo de evaluación”, como antes lo hicieron los expresidentes Jean Bertrand Aristide y René Preval.

Insistió en que las actuales desavenencias del país, no resolverán los problemas, y aseguró que lucha contra un sistema que permite que pocas personas se beneficien de contratos enormes, en detrimento de las grandes mayorías.

Sin embargo, el discurso provocó más la ira de los manifestantes, que minutos después de sus palabras, comenzaron a bloquear avenidas y encender neumáticos en llamas.

Analistas estiman que el discurso de Moïse de este martes, sin prepotencia, pero con fuerza, puede significar que mantiene el apoyo de la comunidad internacional, en especial del gobierno norteamericano.