Colón, Panamá, 7 ene (RHC) Protestas masivas en la ciudad panameña de Colón causó un caos vehicular por el cierre simultáneo de vías, protagonizado por jóvenes que demandan empleo, agua potable y títulos de propiedad de sus viviendas.

La gobernadora de la provincia, Iracema De Dale, del oficialista Partido Revolucionario Democrático, en declaraciones a Radio Panamá indicó que esta no es la forma de exigirle al gobierno mayores oportunidades, e hizo un llamado a la calma, al tiempo que criticó la acción y pidió la intervención de la Policía.

Testimonios recopilados por algunos medios de prensa acusan como promotor de las protestas al diputado al Parlamento Centroamericano Carlos Outten, del opositor partido Cambio Democrático, quien anunció las manifestaciones y supuestamente pagó dinero a sus organizadores, pero participantes negaron tal hecho.

Al menos siete arterias importantes de acceso y desplazamientos internos de la urbe permanecen bloqueadas desde el amanecer con neumáticos incendiados y diversos objetos, mientras la Policía se mantenía a distancia de los manifestantes tras dialogar con ellos para que permitieran reabrir el tránsito, a lo que se negaron.

La medida de presión paralizó el movimiento de empleados hacia los centros de trabajo y el traslado de mercancías hacia y desde puertos y la Zona Libre de Colón (Zolicol), lo que ocasionará daños económicos a las empresas del área, mientras largas filas de automotores esperan en las entradas de la ciudad y la autopista Panamá-Colón.

Esta empobrecida provincia tiene la más alta tasa de desempleo del país con 12,1, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censo a principios de diciembre pasado, muy por encima de la cifra nacional de 7,1, lo que favorece el reclutamiento de jóvenes para las pandillas y el crimen transnacional, sostienen criterios oficiales.

El líder comunitario Felipe Cabezas escribió en Twitter que el vencimiento masivo de contratos laborales en diciembre disparó el desempleo, lo que debieron prever las autoridades locales, de las cuales preguntó si les faltó capacidad para resolver el problema o es incapacidad manifiesta para gobernar.

Los manifestantes dicen pertenecer al movimiento Causa Justa de Colón, en irónica alusión al nombre que el ejército estadounidense dio a la invasión militar de diciembre de 1989, durante la cual esta ciudad fue duramente golpeada por la desproporcionada fuerza bélica norteamericana.

A pesar de las múltiples fuentes de ingresos procedentes de las esclusas atlánticas del canal interoceánico, tres grandes puertos comerciales y uno de pasajeros, Zolicol y el movimiento de turistas, la población colonense no percibe los frutos del trasiego de mercancías y servicios, porque los locales denunciaron discriminación en su contratación.

El presidente del país, Laurentino Cortizo, aseguró en su informe de inicios de año que, dentro de lo que llamó “desastre” heredado de la administración anterior, varias obras de incidencia social se encontraban detenidas en Colón, entre ellas un hospital que solucionaría en parte la difícil situación sanitaria.

Durante el mandato del expresidente Juan Carlos Varela (2014-2019), ambiciosos planes de reconstrucción urbana y generación de empleo quedaron a medias o no dieron los frutos esperados, como el intento por detener la ola de violencia y asesinatos estimulados por clanes internacionales del narcotráfico.