Moscú, 3 feb (RHC) El Ministerio ruso de Defensa rechazó los preparativos de una provocación con empleo de armas químicas por parte de la organización “Cascos Blancos”, con apoyo de grupos terroristas, en la provincia siria de Idleb.

El montaje de ataque químico, para culpar de ello a las tropas del Ejército gubernamental sirio, se prepara con el apoyo de grupos terroristas como Jayat Tajrir Ash-Sham, uno de las nuevas denominaciones de la agrupación terrorista Al Nusra, señaló la referida dependencia.

De acuerdo con informaciones ofrecidas al Centro ruso de Reconciliación para Siria por dos vecinos de la localidad de Maaret-Art, a 11 kilómetros de noroeste de Alepo, los integrantes de Tajrir Ash-Sham planifican la falsificación de un ataque químico en ese poblado de Idleb.

Al menos 15 integrantes de la tristemente célebre organización “Cascos Blancos”, involucrada anteriormente en otras provocaciones, participan en esta ocasión en el montaje de un supuesto ataque químico, denunció el referido centro.

Unas 200 personas, incluidos familiares de los terroristas, formarían parte de la teatralización de un nuevo ataque químico falso, que sería una repetición de lo ocurrido el 4 de abril de 2017 en Jan Sheijon, que sirvió de pretexto para un ataque coheteril del Pentágono en ese mes.

Rusia se encargó luego de poner al descubierto, mediante declaraciones de los propios protagonistas de la citada provocación, la falsedad de la supuesta agresión química.

Los testigos ofrecieron, incluso, un encuentro con la prensa en la Organización para la Prohibición de Armas Químicas, con escasa presencia de representantes de potencias occidentales.

Medios de prensa señalan aquí que los planes para repetir ese tipo de provocaciones coinciden con el aumento de la tensión bélica en Idleb, con la implicación de tropas turcas, que llegaron a esa provincia siria para supuestamente organizar una zona de distensión.

Sin embargo, Damasco denuncia que la condición de observador que asumió Turquía en Idleb, más bien sirve para aumentar la presencia bélica de ese país en territorio sirio, mientras incumple sus compromisos de influir sobre los grupos armados para poner fin a las hostilidades.