Brasilia, 6 may (RHC) Tres estados del noreste y norte de Brasil han decretado en varias ciudades medidas estrictas de control como el confinamiento para frenar la pandemia, pese a la postura contra el aislamiento social del presidente Jair Bolsonaro.

Con 4.530 contagios y 271 muertes, Maranhão es uno de los estados más golpeados por el covid-19 y, de acuerdo con un estudio de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), tiene el mayor ritmo de fallecimientos por el virus.

Su capital, Sao Luis, fue la primera ciudad en poner en marcha el 'lockdown' o confinamiento total. A través de decreto judicial, se intensificaron las medidas de aislamiento e interrumpieron las actividades no esenciales. Además, se han establecido cincuenta puntos de fiscalización y control en Sao Luis, pero también en Paço do Limiar, Raposa y São José de Ribamar. 

Desde el martes, es obligatorio el uso de mascarillas, el movimiento está limitado y se han aumentado las medidas que ya existían en supermercados y farmacias. Solo se puede salir de casa en casos urgentes y para comprar alimentos o medicinas. La circulación de vehículos está permitida a los profesionales de la salud, trabajadores de servicios esenciales o camiones de carga.

En Brasil, las medidas de confinamiento son competencia de los gobernadores estatales, y aquellos que impusieron cuarentenas parciales fueron duramente criticados por el presidente.

Sin embargo, además de Maranhão, la urgencia de la situación ha obligado a otros estados como Pará, con 369 muertes y 4.472 contagiados, y Ceará, con 11.470 infectados y 795 fallecidos, a tomar también medidas restrictivas.

El gobernador de Pará, Helder Barbalho, anunció que a partir del jueves se suspenden las actividades no esenciales y se limita la circulación de personas en diez municipios, entre ellos, Belém, la capital, donde el sistema sanitario se encuentra colapsado. 

En Ceará se ha endurecido el decreto de aislamiento social hasta el 20 de mayo, pero sin utilizar el término 'lockdown'. El uso de mascarillas es obligatorio en todo el estado.

En Fortaleza, su capital, se han reforzado las medidas de aislamiento después de que el sistema sanitario, según el gobernador Camilo Santana, haya llegado "al límite". La circulación de personas y vehículos solo se permitirá si está justificado y las entradas y salidas de la ciudad estarán controladas por la policía y agentes de tránsito. 

Por su parte, en el estado de Amazonas, otro de los estados más afectados con 8.109 infectados y 649 muertes, el Ministerio Público solicitó al Gobierno que se implante el confinamiento en la capital, Manaos.

Mientras, en el estado de Río de Janeiro, el consejo de médicos y especialistas que acompañan al gobierno en esta crisis ha recomendado también el confinamiento total.

El número total de muertos asciende a 7.921 y 114.715 los contagiados, lo que convierte a Brasil, con una población que supera los 210 millones de personas, en uno de los países más contaminados del mundo.

Desde el comienzo de la crisis, Bolsonaro se ha mostrado muy escéptico ante el alcance de la pandemia y ha llevado a cabo una campaña contra el distanciamiento social. Su posición provocó un enfrentamiento abierto con su ministro de Sanidad de Brasil, Luiz Henrique Mandetta, defensor de la cuarentena, y quien finalmente fue destituido. El nuevo titular de esta cartera, el oncólogo Nelson Teich, advirtió el lunes pasado que no se llevará a cabo "ninguna medida inoportuna contra el aislamiento social".  (Fuente/RT)