Ankara, 13 jul (RHC) La decisión de Turquía de convertir en mezquita la antigua Basílica de Santa Sofía, enclavada en Estambul, genera críticas dentro y fuera del país y pudiera constituir un nuevo foco de tensión en el área, según analistas.
Desde Atenas, el director del Instituto de Relaciones Internacionales, Konstantinos Filis, calificó la acción como una nueva provocación de Ankara que afectará no solo a Grecia, sino a todo Occidente.
Mientras, el papa Francisco expresó que su pensamiento está en Estambul y declaró sentirse muy afligido por el anuncio de Turquía.
El primer ministro de Grecia, Kyriakos Mitsotakis, condenó fuertemente la decisión turca y expresó que afectará las relaciones de la nación euroasiática con la Unión Europea (UE), la Unesco y la comunidad mundial.
Otras voces dentro de la nación helena criticaron la instrumentación de la religión con fines geopolíticos y calificaron la decisión como provocación al mundo civilizado.
En tal sentido, se pronunciaron el jefe de la iglesia Ortodoxa griega, Monseñor Ieronymos, y la ministra helena de Cultura, Lina Mendoni.
El también profesor Konstantinos Filis comentó que la disposición tiene un mensaje hacia el interior de Turquía, donde el Presidente tiene baja popularidad, y otro hacia Occidente.
Mencionó lo que calificó como 'agresividad de Ankara' hacia el área y enumeró la tentativa de explotar los recursos energéticos en el sureste del Mediterráneo, la invasión del norte de Siria y la intervención en el conflicto en Libia.
El pasado día 10 el presidente turco, Recep Tayid Erdogan, rubricó el decreto que oficializa el cambio de estatus de la antigua Basílica de Santa Sofía y su transformación en mezquita, con lo cual el templo servirá ahora como casa de culto para los creyentes del islam.
Santa Sofía fue conquistada por los otomanos en 1453, tras la caída de Constantinopla, capital del entonces imperio bizantino, también conocido como imperio romano de oriente.
Tal acción, según el ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu, otorga soberanía al Gobierno de Ankara sobre el templo, considerado uno de los patrimonios históricos y artísticos más espléndidos de Europa.
Añadió que su país preservará el santuario, hoy convertido en museo que ostenta la condición de Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Respetamos la opinión de los que quieren preservar esta instalación como patrimonio cultural, pero debemos resguardar también el patrimonio que nos dejaron los antepasados, comentó Cavusoglu al canal TRT, según la agencia rusa de noticias Sputnik.
Durante una conversación telefónica con su homólogo turco, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, llamó su atención sobre el impacto que provocó en su país la decisión de cambiar el estatus de Santa Sofía, informó la oficina de prensa del Kremlin.
El pasado día 9 y en respuesta al anuncio de Erdogan, el portavoz del partido Solución Griega, Thanasis Milonas, propuso convertir la casa-museo dedicada al fundador del Estado de Turquía, Mustafa Kemal-Atatuk, enclavada en Salónica, al norte de Atenas, en un museo en homenaje a los griegos pónticos.
Ese grupo étnico es originario del Ponto, región costera del mar Negro, y a principios del siglo XX sus poblaciones fueron objeto de persecución, expulsión y represión por parte del decadente imperio otomano.
Esta controversia entre ambos gobiernos añade un capítulo más a la reciente historia de las relaciones bilaterales, laceradas por temas que van desde la migración hasta el control de las reservas petroleras en el Mediterráneo oriental, al tiempo que marca las relaciones de Ankara con los países vecinos. (Fuente:PL)