La Paz, 5 ago (RHC) La Central Obrera Boliviana (COB) convocó a diferentes acciones para este jueves para conmemorar el aniversario 195 de la independencia del país, incluyendo un “petardazo y cacelorazo”.

Según trascendió en un comunicado, se izará y flameará de la bandera tricolor en domicilios y puntos de bloqueo. Además se promueve canto del Himno Nacional al mediodía y minuto de silencio por los fallecidos en las masacres de Senkata y Sacaba, además por las víctimas de la pandemia.

Otras de las acciones descritas es una protesta de rechazo a las políticas del Gobierno con el “petardazo y cacelorazo” a nivel nacional. De tal modo la COB pretende llamar la atención sobre su inconformidad, y manifestaron que no tienen nadas que celebrar.

Mientras el gobierno convocó a una sesión extraordinaria del parlamento, donde la presidenta golpista Jeanine Añez deberá rendir cuenta de su gestión en dos aspectos fundamentales: la conducción de la economía y el manejo de la Covid en el país.

"El informe de la mandataria reflejará (…) desde la misión cumplida de pacificación del país hasta la gestión y forma de enfrentar la pandemia del coronavirus, preservando la salud y la vida y velando además por la reactivación económica y el empleo", dijo el ministro de la Presidencia, Yerko Núñez.

El anuncio del acto oficial fue hecho horas después de que la Central Obrera Boliviana (COB) convocara a protestas en el día de aniversario, con petardos y cacerolazos de acompañamiento al duro bloqueo de carreteras que sindicatos campesinos y organizaciones vecinales realizan desde el 3 de agosto.

Núñez señaló que la presidenta, convaleciente de COVID-19, consideraba riesgoso un encuentro con los parlamentarios, la gran mayoría del opositor Movimiento Al Socialismo, en circunstancias en que el virus ha golpeado también a legisladores mientras se cuentan más de 80 000 contagios y 3 000 decesos en todo el país.

"Este 6 de agosto no tenemos lamentablemente nada que festejar", sentenció la COB, cabeza de la oposición más radical al Gobierno transitorio, en un comunicado en el que llamó a las protestas, que además de la demanda inicial de elecciones a corto plazo expresaban un duro rechazo a la gestión de Áñez.

La crisis, que en lo económico amenaza con multiplicar la pobreza, incluía el largo enfrentamiento entre el Gobierno y el parlamento opositor por la aprobación de créditos internacionales y un nuevo conflicto por la clausura del ciclo escolar 2020, decidida por Áñez a causa de la emergencia sanitaria.

La COB declaró en su comunicado que las actuales protestas, que por el corte de carreteras provocaban ya graves perjuicios al transporte de combustibles e insumos médicos contra la pandemia, exigían la pronta elección de un gobierno democrático como clave para salir de la crisis.

El gobierno de facto Bolivia intentó hoy equilibrar su plantilla de miembros diezmada por la Covid-19 y por algunas renuncias, al nombrar a Branko Marinkovic como nuevo ministro de planificación del Desarrollo, en sustitución del dimitente Carlos M. Díaz.

El ejecutivo posesionó al controvertido empresario cruceño para ocupar esa cartera tras la renuncia ayer de Díaz, quien aumentó el déficit de miembros del gabinete al enfermarse por el virus su presidenta, Jeanine Áñez, y siete ministros.

Díaz fue este martes el octavo miembro del gobierno que dejó el puesto en apenas un mes, tras caer enferma la jefa de Estado, la Canciller, Karen Longaric, y otros seis ministros.

La ministra de Salud, Eidy Roca, fue el jueves la última de los titulares infectados y antes se enfermaron José A. Martínez (Desarrollo Productivo y Economía Plural); Yerko Núñez (Presidencia); Jorge Oropeza (Minería); Álvaro Coimbra (Justicia); y Óscar Ortiz (Economía).

La Covid-19 contagió también hasta ahora a cuatro viceministros bolivianos: Javier Issa (Régimen Interior); José Luis Vacaflor (Coordinación con los Movimientos Sociales); Israel Alanoca (Coordinación Gubernamental); y Guido Melgar (Transparencia).

Líderes de la oposición y organismos internacionales cuestionan la competancia de los gobernantes golpistas del país andino frente a una enfermedad que ya acumula aquí 83 mil 361 infectados y tres mil 320 muertos.

Bolivia sufre una intensa crisis económica, a causa de las medidas neoliberales y arbitrarias del ejecutivo, junto a los efectos de la pandemia, que también es aprovechada por sus funcionarios para lucrar mediante negocios fraudolentos, según numerosas denuncias.

Fuente: Telesur, Sputnik y Prensa Latina