La detención se efectuó la noche del 30 de septiembre cerca de una gasolinera en Kansas City, estado de Misouri, y quedó grabada en un vídeo en que se ve a un efectivo blanco apoyando su rodilla sobre la espalda de Deja Stallings, quien espera dar a luz este mes.
De acuerdo con la versión de la policía, tras recibir una llamada del encargado de la gasolinera reportando una riña en la que estaban involucradas por lo menos 15 personas, arribaron al lugar y procedieron a intentar arrestar a uno de los sujetos que se negó a retirarse del lugar, además de interferir físicamente con la investigación.
Stallings junto con otras personas, habría interferido para que los oficiales procedieron con el arresto del sujeto, lo que derivó en la detención de la mujer embarazada.
Revelado el vídeo, desde hace días, un centenar de activistas se mantiene en un campamento frente al Ayuntamiento de Kansas City, para exigir que el oficial involucrado y el jefe de la Policía de la ciudad sean despedidos. Como parte del reclamo también piden que el financiamiento del Departamento de Policía de Kansas City se reduzca a la mitad y ese dinero se destine a “instituciones que defienden la vida”.
Stacy Shaw, abogada de Stallings, declaró que la “embarazada, víctima de la brutalidad policial, y su bebé nonato regresaron al hospital debido a las complicaciones a causa de este brutal tratamiento de la Policía de Kansas City”.
Este caso ha hecho revivir la imagen del policía arrodillado sobre George Floyd, un afroamericano que murió a fines de mayo a manos de un policía blanco en Mineápolis (Minesota, EE.UU.), y que generó manifestaciones contra el racismo y la brutalidad policial no solo en el país norteamericano sino en otras capitales del mundo.
Antes y después del asesinato de Floyd los casos de brutalidad policial con tintes racistas son parte del día a día de los estadounidenses; sin embargo, según organizaciones pro derechos humanos y analistas, la situación ha empeorado desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
El propio gobernante tildó de “matones” a los manifestantes antirracismo y les amenazó con emitir la orden de disparar.