Mujeres en El Salvador realizan una protesta en reclamo a sus derechos legales al trabajo. Foto: Revista Gato Encerrado

San Salvador, 8 ene (RHC) Varias trabajadoras salvadoreñas iniciaron una huelga de hambre en protesta por el abandono del Estado ante la violación de sus derechos labores, y mantienen ocupada la maquila de la que fueron despedidas sin indemnización.

"Vamos a someternos a una huelga de hambre a partir de ahora, porque no hemos sentido el apoyo ni el pronunciamiento de las autoridades", anunció en rueda de prensa María Nery Ramírez, vocera de las extrabajadoras de Industrias Florenzi.

El anuncio fue hecho en conferencia de prensa junto el ombudsman Apolonio Tobar, procurador para la Defensa de los Derechos Humanos en El Salvador, quien indicó que el ministro de Trabajo, Rolando Castro, no respondió a los tres requerimientos hechos para que interceda por las trabajadoras.

"No somos delincuentes, solo reclamamos justicia y que se nos pague los adeudos. No nos vamos a mover de la fábrica porque nuestra lucha es genuina", recalcó Ramírez a propósito de la decisión de las trabajadoras de ocupar la maquila y sus recursos, hasta recibir una solución a sus demandas.

Las manifestantes insisten en que agotaron los recursos administrativos, políticos e incluso penales, pues enviaron anuncios a la Fiscalía General de la República para hacer valer sus derechos.

La toma de la maquila Florenzi, en el municipio de Soyapango (centro), comenzó el pasado 8 de julio y terminará cuando los propietarios paguen la indemnización, prestaciones laborales y los cuatro meses de salarios que les deben, dijeron las trabajadoras.

La referida fábrica operó durante 35 años, con clientes como la ropa de diseño Pierre Cardin, pero quebró tras la decisión gubernamental de cerrar las 152 maquilas y call centers de El Salvador ante la irrupción del coronavirus SARS-CoV-2, causante de la pandemia global de COVID-19.

El dueño y representante legal de Florenzi fue Roberto Pineda, quien falleció el pasado 12 de junio, y la maquila quedó en manos de su hijo Sergio Pineda, quien jamás acudió a conciliar.

Fuente: Sputnik