Beijing, 21 ene (RHC) Por instigar la hostilidad, promover la injerencia en asuntos internos y socavar las relaciones bilaterales, China sancionó a Mike Pompeo y otros 27 miembros del gobierno del ya expresidente de Estados Unidos Donald Trump.
De acuerdo con el Ministerio de Relaciones Exteriores, esos exfuncionarios y familiares tienen prohibido la entrada a la parte continental del país, a Hong Kong y a Macao, pero además ninguna empresa o institución afiliada a ellos podrá hacer negocios aquí.
Aparte del secretario de Estado de Trump, la medida afectará a figuras como Peter Navarro, Robert O'Brien, David Stilwell, Matthew Pottinger, Alex Azar II, Keith Krach, Kelly Craft, John Bolton y Stephen Bannon.
La cancillería recordó que en los últimos años todos ellos llevaron adelante una campaña contra la nación asiática solo por motivos políticos, prejuicio y odio.
Denunció que promovieron, planificaron e implementaron acciones delirantes con el propósito de entrometerse en cuestiones de índole interna, ofendieron al pueblo de China y dañaron seriamente los nexos entre Beijing y Washington.
Ratificó la determinación del gigante asiático de defender su soberanía, seguridad e intereses de desarrollo ante cualquier maniobra norteamericana.
China anunció las sanciones poco antes de que el equipo de Trump se despidiera de la Casa Blanca y el demócrata Joe Biden asumiera el mando de Estados Unidos durante los próximos cuatro años.
Bajo la gestión del magnate republicano ambas potencias vivieron una saga de fricciones tan peligrosa que originó aseveraciones sobre la llegada de otra Guerra Fría en el mundo
El contrapunteo abarcó temas sensibles como la situación en la región autónoma uigur de Xinjiang, apoyo a acciones separatistas de Taiwán, restricciones a la prensa china, trabas al sector tecnológico y la crisis en Hong Kong.
Un punto álgido fue la guerra comercial, con promesas de Trump como trasladar la producción desde China y reducir la dependencia de la cadena de suministro.
El elemento más novedoso de la pugna fue la Covid-19, pues Washington acusó a Beijing de tener responsabilidad en el origen de la enfermedad, ocultar información, sacar provecho comercial de la pandemia y hasta intentar piratear investigaciones sobre potenciales vacunas o terapias.
Los desencuentros colocaron los vínculos bilaterales en su momento más crítico en décadas y con una profundización de la desconfianza.
Además, se extendieron hasta el final del mandato de Trump y muchos analistas alertaron que fueron parte de su ofensiva para aumentar la presión sobre Beijing e impedir que su sucesor, Biden, depure las relaciones de confrontación.
Fuente: Prensa Latina