La Habana, 16 feb (RHC) «Mis colegas garantes cubanos hicieron lo correcto», afirmó el embajador de Noruega en Bogotá, John Petter Opdahl, en una entrevista publicada por el diario El Espectador, en referencia a la información entregada por Cuba a Colombia acerca de un supuesto ataque militar por el Frente de Guerra Oriental del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
El diplomático noruego tiene conocimiento de los diálogos de paz acontecidos en La Habana antes del 5 de abril de 2016, ya que su país también acompañó, como garante, ese proceso. En sus palabras, apoyó a su homólogo cubano José Luis Ponce, al afirmar que, si una sede diplomática recibe alertas acerca de un posible acto terrorista, su deber es poner al tanto a las autoridades, para que hagan las investigaciones correspondientes.
También cuestionó la forma en que el gobierno colombiano procedió con el caso, al ser entregada con rapidez a la prensa, lo cual, como declaró la cancillería, sirvió para atacar a Cuba bajo supuestos mendaces, con la hostilidad y el enfoque habituales que solo tienden a alimentar las diferencias entre ambos gobiernos, y a dañar la participación de actores internacionales en el proceso de paz.
Criterios similares se recibieron desde el propio senado del país sudamericano, al patentizar el agradecimiento por la alerta temprana de la Embajada de Cuba para advertir de los riesgos de un ataque. «La Comisión espera ante esta oportuna advertencia una respuesta diplomática amable y considerada de la Cancillería y el Ministerio de Justicia colombiano».
La directiva del ELN catalogó el hecho de querer sembrar un falso positivo montado por el sistema de inteligencia militar del estado colombiano e informó a la opinión pública que las Fuerzas Armadas estatales planean acciones terroristas contra la población, con el propósito de responsabilizarlos e intensificar las presiones internacionales en contra del cumplimiento de los Acuerdos firmados en La Habana. Añade que la labor actual de la agrupación guerrillera es consolidar la paz soñada para su país.
Similar criterio divulgó el Movimiento Colombiano de Solidaridad con Cuba, al destacar su agradecimiento por el gesto amigable y solidario hacia su pueblo: «Además de ayudar a crear incertidumbre, terror y desinformación, la filtración de un documento oficial de un gobierno amigo de la paz es un gesto inapropiado que pone en entredicho la seriedad de nuestra política exterior y muestra una hostilidad sostenida contra el gobierno cubano»
(Granma)