El Gobierno argentino asegura que no quiere poner en riesgo el futuro de los ciudadanos, ni comprometer su economía que ha dejado la recesión para andar en el camino de crecimiento.
Es la postura del Gobierno de Alberto Fernández, después de lograr el soporte político del G20 que en su declaración final de la cumbre de Roma, aboga por una revisión de la política de sobrecargos de las tasas de interés de los préstamos del FMI.
Algo que el presidente argentino viene reclamando desde hace 21 meses. Eso tras haberle lanzado una advertencia al FMI, la semana pasada.
Argentina se endeudo con el Fondo Monetario bajo la presidencia de Mauricio Macri, hace tres años. El acuerdo pactado fue por más de 56 000 millones de dólares. Macri recibió unos 44 000 millones.
Con el cambio de presidente, Fernández renunció al resto del préstamo. Y comenzó a negociar facilidades extendidas para refinanciar la deuda, con menores tasas de interés y plazos de pago de como mínimo 10 años.
Se espera que haya acuerdo antes de marzo próximo. De lo contrario Argentina tendría que reembolsar más de 38 000 millones de dólares entre 2022 y 2023 y otros 5000 millones en 2024. Compromisos que Argentina no está en condiciones de Afrontar, asegura su propio presidente.