En declaraciones a la prensa, Loncon expresó su satisfacción porque la próxima presidenta de ese órgano sea también una mujer, lo cual muestra –dijo- el liderazgo femenino en política que emergió de este proceso.

Precisó que quien salga elegida debe seguir el reglamento y mantener lo que ya está instalado, como la plurinacionalidad, la paridad, diversidad, descentralización y los derechos de la madre tierra.

La convención es resultado del estallido social de 2019 contra el modelo neoliberal, que abrió el camino para crear una nueva ley fundamental en reemplazo de la vigente desde la época de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

Hace poco más de dos años el pueblo salió a las calles para protestar contra la desigualdad social y reclamar un nuevo modelo de Estado que garantice la salud pública universal, una educación de calidad y mejoras en las pensiones, entre otras reivindicaciones.

Instalada el pasado 4 de julio, esa asamblea constituyente tiene un plazo hasta mediados de año para escribir el texto, el cual deberá ser sometido a un plebiscito de salida, con sufragio obligatorio, donde la ciudadanía votará por dos opciones: el apruebo o el rechazo.

Para sus directivos, una de las dificultades enfrentadas es el no haber tenido el apoyo directo del Gobierno de Sebastián Piñera.

“Trataron de dejar que la constituyente marchara sola, pero la dejaron tan sola que no pudo marchar. Hubo un trabajo muy potente que tuvimos que hacer para generar las condiciones institucionales, organizacionales y procedimentales que permitieran su funcionamiento”, declaró su vicepresidente, Jaime Bassa.

Bassa consideró como positiva para la labor de la convención la elección como presidente de Chile del candidato de la izquierda Gabriel Boric.

“Se abre una fase distinta en la etapa de cierre, con un presidente que apoyó el proceso constituyente y que va a garantizar también la autonomía de la Convención para poder llevar esto a buen puerto», declaró.