El papa Francisco beatificó hoy en una misa a Juan Pablo I. Foto: Prensa Latina

Roma, 4 sep (RHC) El papa Francisco beatificó este domingo en una misa a Juan Pablo I, cuyo pontificado solo duró 33 días tras sorprenderlo la muerte a los 65 años, el 29 de septiembre de 1978.

Entre los miles de fieles que acudieron a la ceremonia bajo la lluvia se destacó la presencia del presidente italiano, Sergio Mattarella, quien honró la memoria de ese papa, nombrado Albino Luciani, quien nació en 1912 en el seno de una familia obrera de la región de Véneto, en el norte del país.

Fue seminarista, se doctoró en Teología, en 1969 fue nombrado patriarca de Venecia, en 1973 elevado a cardenal por Paulo, el 26 de agosto de 1978, poco después de la muerte de este útimo fue designado papa, con el nombre de Juan Pablo I.

El 23 de noviembre de 2003, a 25 años de su muerte, fue declarado por Juan Pablo II como Siervo de Dios, primer paso para la santidad, mientras que el 8 de noviembre de 2017 Francisco confirmó su virtud heroica y lo proclamó Venerable, para cuatro años después anunciar que sería beatificado

En su homilía durante el solemne rito para la beatificación de Juan Pablo I, el papa Francisco destacó que “el nuevo beato vivió de este modo, con la alegría del Evangelio, sin concesiones, amando hasta el extremo”.

“Él encarnó la pobreza del discípulo, que no implica sólo desprenderse de los bienes materiales, sino sobre todo vencer la tentación de poner el propio yo en el centro y buscar la propia gloria”.

“Por el contrario, siguiendo el ejemplo de Jesús, fue un pastor apacible y humilde”, expresó el sumo pontífice.

La beatificación requiere el reconocimiento de un milagro y el atribuido a Luciani es el de la curación en 2011 en Buenos Aires de una niña de 11 años que estaba muriendo, pero se recuperó gracias a las oraciones de un sacerdote invocando a Juan Pablo I.

Luciani se convirtió de esta forma en el quinto papa del siglo XX en ser incluido en el libro de los beatos junto a Pío X, Juan XXIII, Pablo VI y Juan Pablo II.

Para su posterior canonización como santo el Vaticano debe reconocer un segundo milagro, lo cual ocurrió previamente con los italianos Juan XXIII, cuyo pontificado duró de 1958 a 1963 y Pablo VI (1963 a 1978), así como con el papa polaco Juan Pablo II (1978 a 2005). (Fuente: Prensa Latina)