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Londres, 17 oct (RHC) El Parlamento británico analizará este lunes una petición popular para adelantar las elecciones generales, tras la crisis generada por el polémico plan económico del Gobierno conservador y los constantes llamados a la renuncia de la primera ministra Liz Truss.
La solicitud para celebrar cuanto antes los comicios previstos para 2024 acumula este lunes más de 625 mil firmas, muy por encima de las 100 mil requeridas para ser tomada en cuenta por el órgano legislativo.
Según los firmantes, los electores deben tener la posibilidad de decidir quién será el dirigente que los guiará a través de la crisis sin precedente que amenaza al Reino Unido.
Entre los peligros que acechan al país, el manifiesto menciona la renuncia de más de 40 ministros durante las crisis del costo de la vida, climática y energética, la guerra en Ucrania y el daño provocado por el protocolo norirlandés a las relaciones con la Unión Europea.
También se refiere a la recesión latente y la eventual desintegración del Reino Unido ante el empuje independentista en Escocia.
En su defensa, el Gobierno argumentó que un cambio en el liderazgo del partido gobernante no desencadena una elección general, y aseguró que Truss, quien reemplazó al dimitente Boris Johnson el 6 de septiembre pasado, prometió darle oportunidades y prosperidad a todos los británicos y las generaciones futuras.
Aunque la primera ministra descartó días atrás adelantar los comicios, su mandato podría ser uno de los más cortos en la historia del país, debido al caos generado por su polémico plan económico, y que ya le costó el puesto al ministro de Hacienda Kwasi Kwarteng.
Según reporta el diario The Times este lunes, algunos pesos pesados del partido gobernante se reunieron en secreta el fin de semana para abordar la destitución de Truss y buscarle un sustituto.
Al margen de esas versiones de prensa, el influyente diputado “tory” Crispin Blunt declaró al canal 4 de la televisión local que el “el juego ya acabó” para Truss, y ahora solo se trata, dijo, de ver como se maneja la sucesión.
Las reglas internas del Partido Conservador dan un margen de al menos un año a la primera ministra antes de poder ser sometida a un voto de confianza por parte de su propia bancada, pero según Blunt, en caso de que la presión sea demasiado fuerte, se podría buscar la forma de imponer la votación.
El líder laborista, Keir Starmer, cuyo partido disfruta de una ventaja sin precedente en la intención de voto a raíz de la caótica gestión inicial de Truss, llamó a la gobernante a presentarse ante el Parlamento este lunes para explicar lo que planea hacer para resolver la crisis. (Fuente/PL)