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Ciudad de Panamá, 17 feb (RHC) Al menos 40 migrantes irregulares fallecieron en la provincia panameña de Chiriquí, al caer a un precipicio el ómnibus que los trasladaba a una estación de recepción el pasado 15 de febrero.
Como parte de las investigaciones periciales, se conoció que el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de esa nación solicitaron información genética para identificar a los fallecidos.
Prensa Latina citó un comunicado de la entidad, en el cual se precisa que el estado de los cuerpos y la falta de datos dificultan las experticias los occisos.
Los profesionales panameños necesitan información de los países de origen de los viajeros, para obtener registros papiloscópicos u odontológicos y muestras de los familiares, para cotejos genéticos con fines de identificación, y se aclaró que, en tanto dure el proceso, “los cadáveres serán conservados con la debida dignidad y los estándares internacionales establecidos”, precisó en la nota.
Entre los pasajeros se encontraban varios migrantes que cruzan la zona del Darién, fronteriza con Colombia; una ruta de unas 575 000 hectáreas de extensión, que representa un peligro por su condición de selva impenetrable, que se ha convertido en dominio de narcotraficantes y bandidos de toda clase.
De acuerdo a la agencia Prensa Latina, por razones que aún se investigan, el conductor del autobús, que también murió, perdió el control del carro, el cual se precipitó por una hondonada, alegó el Ministerio de Seguridad.
Las autoridades de Migración informaron que en el autobús viajaban migrantes de África y de países sudamericanos como Ecuador y Brasil, pero no han dado más detalles sobre las nacionalidades de los fallecidos, detalló AP.
Además, la Cancillería cubana confirmó, sin precisar el número, que hay ciudadanos de la isla entre los fallecidos, mientras, el gobierno de Colombia expresó “sus más sentidas condolencias a los familiares de las víctimas, colombianas y de varios países hermanos”. (Fuente: Granma).