En el oficialismo consideran el paro una medida que no debería asumirse por sus consecuencias para la población
y la economía, mientras los gremios advierten que el Ejecutivo no deja otra opción al mantener su proyecto. (Foto:PL)
París, 2 mar (RHC) El Gobierno y los sindicatos mantuvieron este jueves en Francia su tenso pulso por la reforma de la jubilación y el llamado a la paralización del país el próximo 7 de marzo mediante una huelga general.
En el oficialismo consideran el paro una medida que no debería asumirse por sus consecuencias para la población y la economía, mientras los gremios advierten que el Ejecutivo no deja otra opción al mantener su proyecto, el cual entrará este jueves en el Senado, y la polémica extensión de la edad legal de retiro de 62 a 64 años.
Bloquear el país no será bueno para la economía, los desacuerdos, las manifestaciones y la oposición son legítimos, pero sin llegar al bloqueo, declaró a la cadena RTL el ministro de Trabajo, Olivier Dussopt.
Por su parte, el portavoz gubernamental, Olivier Véran, atizó la crisis al afirmar en las redes sociales que paralizar el país conducirá a «una catástrofe ecológica, agrícola y sanitaria».
Al respecto, el secretario general de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo, Laurent Berger, calificó de grosera la intención del vocero de desacreditar una movilización sin precedentes contra la jubilación a 64 años.
El máximo representante del otro gran sindicato francés, la Confederación General del Trabajo, Philippe Martinez, celebró la unidad de los gremios contra la reforma y la decisión de ir el 7 de marzo a una huelga general con la posibilidad de extenderla a diario.
Después de multitudinarias manifestaciones el 19 y el 31 de enero, y el 7, el 11 y el 16 de febrero, los ocho principales sindicatos coincidieron en que el paro nacional reconducible es la única solución para que el Gobierno ceda. (Fuente:PL)