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París, 11 mar (RHC) Decenas de miles de franceses regresaron hoy temprano a las calles en la séptima jornada nacional de protestas convocada por los sindicatos contra la reforma de la jubilación, proyecto examinado hasta mañana en el Senado.
En ciudades como Toulouse, Nice y Strasbourg las movilizaciones arrancarán antes del mediodía, mientras en esta capital, Marsella, Lyon, Burdeos, Lille y Montpellier, entre otras, comenzarán a partir de la tarde, en un día en el cual continuaron las huelgas con impacto en el transporte ferroviario y la aviación.
Las marchas de este sábado siguen a las multitudinarias protestas del 7 de marzo, cuando la Confederación General del Trabajo (CGT) estimó en tres millones 500 mil los participantes, una de las mayores de la historia republicana, mientras el Ministerio del Interior informó un millón 280 mil, cifra similar a la proyectada para hoy por las autoridades.
El escenario de malestar ante el proyecto, que busca extender en Francia la edad legal de retiro de 62 a 64 años, pudiera tener motivaciones adicionales, después de que la víspera el presidente Emmanuel Macron descartara reunirse con los sindicatos para abordar la polémica reforma.
Los gremios reclamaron al mandatario una reunión de urgencia en una carta, en la cual denunciaron que el jefe de Estado y el Gobierno insisten en ignorar el rechazo a la iniciativa, que también es criticada por el aumento del período de cotizaciones y la eliminación de regímenes especiales de jubilación.
Macron respondió por la misma vía que transcurre el momento parlamentario y que ya el Ejecutivo concertó con los actores sociales.
El pulso social está marcado por las grandes movilizaciones del 19 y 31 de enero, del 7, 11 y 16 de febrero y del martes de esta semana, mientras el parlamentario refleja panoramas diferentes en la Asamblea Nacional y el Senado, aunque en ambas instancia ha resultado férrea la batalla entre defensores y detractores del texto.
En la Asamblea, la oposición impidió el voto en primera lectura del proyecto mediante la estrategia de presentar miles de enmiendas, pero en el Senado, el oficialismo encontró el apoyo de la fuerza dominante allí, los conservadores, para lograr la adopción de los 64 años como nueva edad de retiro y neutralizar una gran parte de las correcciones introducidas por la izquierda.
De esta manera, la cámara alta parece encaminada a votar mañana la reforma, sin que ello implique el fin del combate parlamentario.
La próxima semana se reunirá una comisión mixta de senadores y diputados antes de devolver el proyecto de ley sobre la jubilación a la Asamblea Nacional, que tendrá hasta el 26 de marzo para decir la última palabra en el ámbito legislativo.
Desde la oposición comienzan a alertar que el Gobierno tiene un as bajo la manga para evitar que la reforma naufrague, el uso del artículo 49.3 de la Constitución, el cual permite adoptar una iniciativa sin el voto parlamentario, recurso utilizado ya una decena de veces a finales del 2022 para aprobar leyes vinculadas con el presupuesto. (Fuente: Prensa Latina).