Migrantesen la frontera de EE.UU

La Habana, 6 mayo (RHC) Los cambios en la política migratoria anunciados por el gobierno de Estados Unidos y el despliegue de 1 500 soldados en servicio activo en la frontera sur, acapararon los titulares esta semana.

A pocos días del levantamiento del Título 42, una política sanitaria implementada durante la pandemia de COVID-19, la administración de Joe Biden aseguró que los migrantes que ingresen ilegalmente al país serán expulsados.

Así lo ratificó el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, en una conferencia de prensa realizada en Brownsville, Texas.

 «La frontera no está abierta. No ha estado abierta, y no estará abierta después del 11 de mayo. Y los contrabandistas que explotan a los migrantes vulnerables están difundiendo información errónea. Difunden mentiras para atraer a las personas vulnerables a la frontera sur y esas personas sólo serán devueltas», declaró citado por Fox News.

La administración intensifica desde hace días sus preparativos ante el fin de la norma vigente, incluido el despliegue de 1 500 soldados en la frontera sur, así como el establecimiento de centros de procesamiento de inmigrantes en toda América Latina.

Enfatizó que a partir de esta semana venidera se aplicará el Título 8, una política que permite «expulsar a personas de forma muy rápida», y que incluye una prohibición de reingreso y un proceso penal.

Bajo esta regla, en teoría, quedarían inhabilitadas las solicitudes de los migrantes si cruzan la frontera ilegalmente y no solicitan asilo en un país por el que ya hayan viajado. Con esta norma la consecuencia será más severa, remarcó Mayorkas.

Un funcionario del Departamento de Seguridad Nacional explicó también a la prensa que en los últimos meses se ha incrementado el número de vuelos de expulsión y que continuarán bajo el Título 8.

Reportes noticiosos anteriores refirieron que el despliegue de militares en la frontera se produce a pedido del Departamento de Seguridad Nacional y que los efectivos permanecerán allí por 90 días.

El presidente Biden defendió el viernes esta decisión y explicó que las tropas fueron enviadas para ayudar a los agentes fronterizos, no para hacer cumplir la ley.

 «Le pedí ayuda a este Congreso en términos de lo que necesitan en la frontera», dijo Biden en una entrevista con MSNBC e informó que además de las tropas, se enviarán jueces de asilo para que dicten las sentencias en la frontera.

Los críticos se mostraron en desacuerdo con la decisión del presidente de permitir que la política del Título 42 caduque sin un plan establecido en marcha.

El exvicepresidente Mike Pence (2017-2021) criticó a la administración y afirmó que la «estampida» de migrantes en la frontera es un «resultado directo» de sus políticas de inmigración.

«Se avecina una tormenta, y 1 500 soldados que van a la frontera sur para hacer el papeleo no van a marcar la diferencia», dijo Pence.

Troy Miller, el principal funcionario de Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, afirmó recientemente al Congreso que su agencia prevé la llegada de hasta 10 000 migrantes todos los días después del final del Título 42, lo que casi duplicaría el promedio diario de marzo, concluyó la agencia latinoamericana de noticas. (Tomado del diario Granma)