Buenos Aires, 3 feb (RHC) Representantes de la Central de Trabajadores de Argentina convocaron a una jornada de movilizaciones y a un paro nacional en rechazo a la política de despidos masivos que lleva adelante el gobierno del presidente Mauricio Macri.

En la convocatoria resalta el líder de la agrupación sindical, Hugo Yasky, que los trabajadores argentinos también se oponen a la criminalización de la protesta social, defienden las fuentes de empleo y exigen negociaciones salariales.

Manifestó también Yasky que, ante el reciente aumento en 500 por ciento en el servicio eléctrico nacional y el retroceso salarial de entre 10 y 15 puntos porcentuales, no se puede imponer condiciones a los empleados para discutir los contratos colectivos con el gobierno.

Asimismo denunció la represión de fuerzas policiales a un grupo de jóvenes en la barriada capitalina de Bajo Flores, donde resultaron lesionados once personas, incluidos niños de entre dos y 16 años.

Se informó también que luego de un primer encuentro el lunes sin resultados aparentes, Argentina y los fondos buitre prosiguen hoy sus negociaciones para arreglar el litigio en el cual esos grupos demandan a Buenos Aires 10 mil millones de dólares.

El secretario de Finanzas, Luis Caputo, enviado del gobierno de Mauricio Macri a las tratativas en Nueva York, llevó una propuesta de pago en el portafolio para saldar la deuda con esos bonistas que representan menos del siete por ciento de los acreedores de Argentina.

Los tenedores de bonos que componen el restante 93 por ciento acordaron reestructurar el pago del endeudamiento en los canjes de 2005 y 2010, proceso que se vio entorpecido a mitad de 2014 cuando el juez Thomas Griesa congeló los saldos que giraba el Estado argentino al Banco de Nueva York para pagarles.

Ese nuevo fallo favorable a los fondos buitre e interpretado como una presión sobre Argentina generó un fuerte encontronazo con la gestión entonces de la presidenta Cristina Fernández, que asumió una dura defensa de la soberanía financiera del país y apeló a todas las instancias judiciales de Estados Unidos.

Luego de la cita en el despacho de Daniel Pollack iniciada al caer la tarde del lunes, el mediador designado por Griesa comunicó que las partes proseguirán las pláticas porque no alcanzaron un acuerdo en el primer encuentro, lo que era de esperar.

Incluso, el Ministerio de Finanzas difundió un escueto comunicado en Buenos Aires en el que alertaba que Argentina postergaría para más adelante esta misma semana la presentación de su proposición.

Hasta confundió un poco esa comunicación porque señaló que la oferta de la administración Macri estaba aún en elaboración y que era distinta a los "trascendidos periodísticos del lunes", cuando desde el viernes se había anunciado oficialmente que se presentaría entre lunes y martes.

Los iniciadores del litigio, los fondos NML Capital y Aurelius, obtuvieron un primer fallo favorable del magistrado Griesa en 2012 para cobrar capital e intereses por bonos de deuda inclumplidos desde 2001 por un monto ascendente inicialmente a mil 750 millones de dólares.

Esos grupos no fueron acreedores de Argentina sino que compraron a precios viles en 2008 los títulos de terceros en medio del estallido de la crisis financiera global cuando el mundo de las finanzas estaba revuelto, en especial en Estados Unidos, y con ellos pretenden lucrar.

A esos fondos se sumaron a partir de mediados de 2014 otros querellantes llamados "me too" (yo también), elevando la demanda total a más de 10 mil millones de dólares.

Ante la repercusión en torno a las negociaciones y las molestias que ya generan en el restante 93 por ciento de los acreedores reestructurados, la cartera económica señaló que el gobierno quiere lograr una quita a los intereses punitivos que pesan sobre la deuda con esos bonistas.

Agregó que la propuesta del gobierno argentino será presentada ad referéndum de la aprobación del Congreso de la Nación.

Pollack dijo la noche del lunes que Caputo sostendrá este martes otro encuentro con los fondos buitre y anticipó que emitirá un comunicado después de la cita.