Kiev, 20 feb (RHC) El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, dialogará el próximo lunes en Kiev, la capital de Ucrania, con los jefes de la diplomacia de Alemania y Francia en medio de la peor crisis política de ese país en dos años.
El servicio de prensa de la presidencia ucraniana precisó que el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, y el francés, Jean-Marc Ayrault, realizarán una visita conjunta a Kiev para analizar con Poroshenko y otros líderes políticos la mayor conmoción del gobierno ucraniano desde el golpe de estado del 22 de febrero de dos mil 14.
Los partidos Patria y Autoayuda decidieron separarse de la coalición Ucrania Europea, que de esa forma quedó en solo doscientos 17 diputados, nueve menos que los necesarios para mantener la mayoría parlamentaria, y según la Constitución esa alianza dejó de existir.
El propio Poroshenko confirmó la gravedad de la situación con la exigencia de renuncia del Gobierno en pleno y del Fiscal General, Víctor Shokin.
El representante de Rusia ante la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), Alexandr Lukashévich, aseguró que Ucrania mantiene bloqueada la implementación de los acuerdos firmados en Minsk el 12 de febrero de 2015.
Lukashévich denunció que las enmiendas a la Constitución divulgadas sistemáticamente por los gobernantes de Kiev no guardan relación alguna con los entendimientos rubricados en Minsk en busca de una salida política para el conflicto en Donbass (sureste de Ucrania).
Al respecto, advirtió citado por Novosti que en el aspecto político la situación se encuentra en un franco callejón sin salida.
El representante permanente de Moscú recordó durante una reunión del Consejo Permanente de la OSCE que el estatus especial de Donbass fue aprobado, pero su implementación se entorpece con condiciones no escritas en el texto de los acuerdos.
Sobre la ley de amnistía, subrayó que fue preparada, pero no entró en vigor todavía, mientras que fue incumplido el intercambio de prisioneros y detenidos según el principio pactado de "todos por todos".
Comentó en relación con las prometidas elecciones locales con apoyo de la OSCE que apenas continúa el trabajo sobre sus características. Expresó dudas, sin embargo, sobre la posibilidad de que el Parlamento unicameral ucraniano pueda convertir en ley ese acuerdo en caso de que llegue a ser desarrollado.
A tenor de la reciente separación de los partidos Autoayuda y Patria de la coalición mayoritaria en la Suprema Rada (Parlamento), Lukashévich opinó que la actual correlación de fuerzas genera grandes dudas.
En el plano humanitario, criticó el diplomático, continúa el bloqueo de Donbass, son pocos los puntos de paso que deberían al menos parcialmente aliviar las penurias de la población local y se observa una tendencia a cerrar los que todavía operan.
Sostuvo que antes de conversar sobre el control de las fronteras con Rusia, exigencia a que se refiere Kiev con insistencia, primero es necesario cumplir todos los cambios políticos comprometidos en Minsk.
Al referirse a Occidente, Lukashévich deploró que se comporta como si los gobernantes ucranianos cumplieran honestamente los acuerdos de Minsk, mientras que en la práctica sucede todo lo contrario.
Precisó que tras el establecimiento de alto el fuego desde el 1 de septiembre de 2015, se registró un incremento de los ataques de artillería contra los territorios rebeldes después la conclusión de las elecciones locales.
Aseveró el diplomático que en la actualidad las tropas movilizadas en la represión contra la población del Donbass disparan hacia las localidades próximas a la línea de contacto, cada vez con más frecuencia con el uso de armas prohibidas.
Una amenaza adicional es la desaparición de equipamiento bélico de los arsenales ucranianos, lo cual se convirtió en una rutina, concluyó el diplomático denunciante.