Moscú, 31 mar (RHC-PL) El presidente ruso, Vladimir Putin, exigió un análisis profundo de la crisis migratoria en Europa con vistas a correcciones necesarias de la política interna y medidas preventivas en la sociedad.

Durante una evaluación de la problemática migratoria en una sesión del Consejo de Seguridad, Putin instruyó a los organismos pertinentes un monitoreo constante de lo que consideró amenazas y desafíos relacionados con los fenómenos migratorios.

Es necesario analizar con profundidad esa situación y extraer las conclusiones correspondientes de la crisis en Europa, y al mismo tiempo corregir nuestras acciones frente a las potenciales amenazas, planteó el mandatario.

Instruyó el gobernante en particular a los cuerpos de seguridad un seguimiento estricto de la situación en el Medio Oriente y otras regiones del mundo, de las cuales podrían provenir nuevas oleadas migratorias.

Ante todo -subrayó- tiene que ver con la situación en torno a las fronteras de Rusia y de los países socios de la Unión Económica Euroasiática, y de la Comunidad de Estados Independientes.

Dijo Putin que la estabilidad social y la concordia interétnica en el país dependían de las acciones profesionales bien pensadas.

Advirtió, de otro lado, que los migrantes privados de una posibilidad de integración a las sociedades se convierten en blancos de la propaganda de extremistas y del reclutamiento de organizaciones terroristas.

En cuanto a la problemática interna, el mandatario exigió identificar los nexos corruptos y criminales, así como abortar la actividad de las estructuras implicadas en la legalización de inmigrantes ilegales, a fin de fortalecer el enfrentamiento a la delincuencia en ese medio.

El secretario del Consejo de Seguridad Nikolai Patrushev anunció modificaciones a la concepción de la política migratoria, con el fin de contrarrestar las amenazas y desafíos.

De acuerdo con el Servicio Federal de Migración, en 2015 disminuyó el flujo de indocumentados a Rusia en un 10 por ciento, tendencia atribuida a la lucha contra la emigración ilegal.

La cifra de extranjeros supera los 10 millones, con predominio de los ciudadanos de las exrepúblicas soviéticas, en el entorno de los 8,7 millones de personas.