La Habana, 31 jul (RHC) El Secretario General de la Central de Trabajadores de Cuba, CTC, Ulises Guilarte de Nacimiento dijo a Granma que sobre el salario hay un debate a escala de la sociedad muy polémico, y con un reconocimiento mayoritario de que los ingresos percibidos son insuficientes para satisfacer las necesidades de los trabajadores, con lo cual el movimiento sindical coincide. Ello provoca apatía en el trabajo, desinterés y una importante migración laboral de impactos no solo cuantitativos, sino cualitativos. Es un asunto que se conoce y es objeto de evaluación por los organismos decisorios.
«Junto con ello están presentes, también, impagos a los trabajadores e instituciones administrativas que violan los periodos de pago. O sea, hay un conjunto de problemáticas vinculadas al tema del salario, pero nosotros siempre hemos sido defensores de que se pague lo que tenga justamente un respaldo productivo.
«Cuando sucede lo contrario, se produce un proceso inflacionario en la economía. Por lo tanto, es un reto de los sindicatos mejorar la preparación de los encargados de la concepción, diseño y puesta en práctica de las formas y sistemas de pago.
A seguidas texto íntegro de la entrevista que este lunes publica el periódico Granma
La participación activa de los trabajadores resulta determinante en la construcción de un país donde el mejoramiento de los indicadores económicos, el incremento salarial respaldado por la generación de riquezas, la eficiencia en las inversiones y el aumento de la producción y los servicios, son demandas claves de la agenda cotidiana.
En la alianza de toda la sociedad para lograr esos propósitos, un rol imprescindible le corresponde a la organización de los trabajadores, fundada en el año 1939 por Lázaro Peña, y que ha liderado desde su surgimiento algunos de los procesos más importantes en el devenir de la nación.
Es por ello que, convidado a referirse al desafío de los sindicatos en la batalla económica, el actual secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), Ulises Guilarte de Nacimiento, accedió a dialogar con Granma.
–El país logró un discreto avance económico en el primer semestre del año, ¿qué papel corresponde a los trabajadores para lograr mantenerlo?
–El papel de los sindicatos y los trabajadores es determinante en el propósito de asegurar el crecimiento de nuestra economía –particularmente de su Producto Interno Bruto (PIB)–, y de buscar vías y mecanismos que permitan ascender en la eficiencia y la producción material. Esta última cada día debe tener mayor relevancia en la estructura del PIB.
«Para lograr ese objetivo es imprescindible el perfeccionamiento de la planificación, en el corto, mediano y largo plazo, y de manera particular, la identificación de las reservas potenciales de eficiencia que están presentes en los diferentes procesos productivos.
«En mi opinión, los trabajadores pueden incidir más en la utilización óptima de las materias primas e insumos, los inventarios existentes, y la reducción de los índices de consumo, prestando una particular atención, por su alto costo, a los portadores energéticos.
«En segundo lugar, hay que aprovechar mejor los coeficientes de disponibilidad técnica de la maquinaria agrícola y de ingeniería que hoy disponemos; elevar la rotación del fondo de tierra cultivable y la optimización de sus rendimientos potenciales. No menos importante es el cumplimiento del proceso inversionista, en el cual año por año nos planificamos montos que después no se cumplen por determinadas razones, muchas de ellas asociadas a factores subjetivos.
«Otro aspecto tiene que ver con la débil aplicación de la normación y organización del trabajo, para favorecer una mayor productividad de la fuerza laboral, y con ello el mejoramiento gradual de sus ingresos. Al propio tiempo, persiste la falta de exigencia por el cumplimiento de la disciplina laboral, tecnológica y la aplicación de la ciencia.
«Además, los sindicatos tienen que enfrentar las insuficiencias vinculadas con la cadena de contratación, transportación y comercialización. Los trabajadores pueden producir siempre y cuando tengan los insumos y las materias primas lleguen a ellos con oportunidad, diseñando junto a las direcciones administrativas sistemas de pago que desencadenen las fuerzas productivas, en un contexto de mayor autonomía y flexibilidad de la empresa estatal socialista y el crecimiento y diversificación de las formas de gestión no estatal.
«Debemos impulsar con intencionalidad el cumplimiento de los renglones exportables y de aquellos que sustituyan importaciones, así como incursionar y diversificar en otros –que tuvieron en su momento un importante papel en los esquemas de exportación–, como la producción manufacturera, en el campo del calzado y los textiles.
«En sentido general, el aporte más sustancial que pueden hacer los trabajadores es concretar en su colectivo que hoy no solo podemos producir más si tuviéramos más recursos, si no que debemos aprovechar de forma más eficiente lo que tenemos».
–Una vez que ya han sido aprobados y divulgados los documentos rectores de la transformación de nuestro modelo económico, ¿cómo asume la organización el proceso de implementación?
–Desde el mismo XX Congreso de la CTC, celebrado en febrero del 2014, el General de Ejército, en su discurso de clausura, nos convocaba a concentrar el movimiento sindical en los aspectos sustantivos, y uno de ellos era llevar a la práctica la implementación de los Lineamientos.
«A partir de ese momento ha constituido una prioridad el examen en nuestros organismos de dirección de sus avances y dificultades. Hemos diseñado un plan de comunicación dirigido a la preparación de nuestros cuadros; a favorecer encuentros de debate con la participación de expertos; a promover trabajos periodísticos exponiendo la visión de quien lo hace práctico con sus manos o recibe sus impactos. Promovemos también el dominio de su contenido, reforzando su esencia democrática y participativa.
«Cuando se discutieron los documentos el movimiento sindical y sus organismos de dirección, participaron abiertamente en las propuestas que tributaron a su perfeccionamiento y construcción del consenso, y que después vimos reflejadas una vez concluidos los documentos».
–Precisamente en estos documentos, y en la Asamblea Nacional, se habla cada vez más de control popular, ¿cuánto pueden hacer los trabajadores y los sindicatos para hacerlo realidad en cada centro laboral?
–El movimiento sindical tiene un papel, me atrevería a afirmar que como ninguna otra organización, en el espectro de nuestra sociedad, para favorecer y asegurar un efectivo control popular.
«En ese sentido, dispone de espacios de discusión colectiva que debemos aprovechar mejor, como la asamblea de los trabajadores, la cual estatutariamente nos da fuerza legal y tiene reconocimiento jurídico, para que las administraciones sientan la obligación de rendir cuenta de su gestión.
«Esas asambleas tenemos que convertirlas en un momento de amplio debate democrático, de aporte de los trabajadores.
Para ello nosotros tenemos que desterrar la formalidad en el cumplimiento práctico de los derechos que tenemos ganados.
«No puedo decir que no se haga hoy, la pregunta es si lo que hacemos tiene la efectividad que necesitamos.
Evidentemente la respuesta es no. Porque todavía un número mayoritario de las auditorías que se realizan en el país obedecen a acciones de control externo para detectar hechos de corrupción y desvío de recursos, a lo que hay que sumar las auditorías que alcanzan la calificación de mal o deficiente».
–Existen problemas puntuales de la economía, como es el caso de los pagos sin respaldo productivo, que tienen un impacto directo en los trabajadores. Desde la CTC, ¿qué acciones se impulsan para tratar de corregir estas deficiencias?
–Sobre el salario hay un debate a escala de la sociedad muy polémico, y con un reconocimiento mayoritario de que los ingresos percibidos son insuficientes para satisfacer las necesidades de los trabajadores, con lo cual el movimiento sindical coincide. Ello provoca apatía en el trabajo, desinterés y una importante migración laboral de impactos no solo cuantitativos, sino cualitativos. Es un asunto que se conoce y es objeto de evaluación por los organismos decisorios.
«Junto con ello están presentes, también, impagos a los trabajadores e instituciones administrativas que violan los periodos de pago. O sea, hay un conjunto de problemáticas vinculadas al tema del salario, pero nosotros siempre hemos sido defensores de que se pague lo que tenga justamente un respaldo productivo.
«Cuando sucede lo contrario, se produce un proceso inflacionario en la economía. Por lo tanto, es un reto de los sindicatos mejorar la preparación de los encargados de la concepción, diseño y puesta en práctica de las formas y sistemas de pago.
«En los últimos años se ha venido produciendo una reducción sustancial de las cifras de entidades con pérdida. En el 2009, eran 802 empresas que pagaban sin respaldo productivo. Acabamos de cerrar el primer semestre del año con 67 empresas. No debía ser ninguna, pero el sindicato ha ido ganando junto a los trabajadores en la conciencia sobre la necesidad de que esos asuntos se discutan abiertamente.
«Entre las acciones realizadas se encuentran las visitas que realizamos a estas empresas, a las que sumamos expertos de la Asociación de Economistas de Cuba, la Unión de Juristas de Cuba, y dirigentes sindicales que actúan en las direcciones de Trabajo, de Finanzas y Precios y Economía y Planificación de los gobiernos territoriales.
«Hemos favorecido la discusión e identificación de las variables que tributan a esas deformaciones en el cumplimiento de los planes. Esos mismos temas son llevados de manera abierta a la asamblea de discusión de los trabajadores, promoviendo que se identifiquen las causas que generan esos problemas.
«Algunos de ellos a veces no están directamente asociados a la voluntad de los trabajadores, y tienen que ver con insuficiencias en la cadena de contratación, producción y comercialización; el impacto de la dualidad monetaria y cambiaria, y otros problemas estructurales presentes en nuestra economía.
«Para la CTC y los sindicatos, la tarea de hacer avanzar la economía del país constituye una prioridad en el trabajo práctico y concreto de la organización. Lo sentimos como una responsabilidad, en la búsqueda de la satisfacción de las necesidades de nuestro pueblo».