La Habana, 16 ago (PL) Periodistas de diferentes generaciones dieron hoy un último adiós al presidente de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), Antonio Moltó, considerado un ejemplo de profesionalidad, constancia y entrega a la obra de la Revolución iniciada en 1959.
En la sede de la UPEC, en La Habana, el gremio fue a despedirse ante sus cenizas y muchas ofrendas florales –entre ellas la del presidente cubano, Raúl Castro- daban constancia de cuan querido fue Moltó entre sus compañeros y amigos.
Rostros de diferentes edades y medios de prensa mantenían abarrotado el salón principal y pasillos.
También asistieron a las honras fúnebres representantes de diversas instituciones, entre ellos el argentino Juan Carlos Camaño, presidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap), y el jefe del Departamento Ideológico del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Joel Suárez.
Tubal Páez, Presidente de Honor de la UPEC, fue unos de los primeros oradores y en sus emotivas palabras enfatizó que “Moltó no murió en la cama, murió en combate”.
Destacó que fue un hombre de probada militancia, profesionalismo y se distinguía por su ecuanimidad para resolver problemas y deslealtades.
El periodismo que practicó Moltó evidenció su contraposición contra el acomodamiento y el sedentarismo intelectual, tales debilidades lo asfixiaban por lo que abogó por lo auténtico, novedoso y creativo, subrayó.
Defendió la calidad del trabajo y la preservación de la ética, al tiempo que cumplió su misión sin calcular los sacrificios que esta implicaba, de ahí que no podemos olvidar su forma de hacer revolución, puntualizó Páez .
Moltó luchó para que los miembros de la UPEC estrecharan sus vínculos justo cuando el país atravesaba momentos difíciles, recordó Páez.
Su carácter alegre nunca se quebró y asumió sus tareas por dura que fueran como un compromiso callado, pero decidido con el Comandante en Jefe, Fidel Castro, y el Partido Comunista de Cuba, aseguró el periodista.
Nos asombra –resaltó Páez - la intensidad de su vida, la pasión que le imprimió al trabajo, convirtiéndose en una catarata de ideas.
Tal entrega -añadió- lo convirtió en un hombre que cumplió el deber, su tiempo y su consciencia.
El presidente de la Felap explicó al auditorio la importancia que le concedió Moltó a las nuevas generaciones porque fue un periodista comprometido con la continuidad histórica de las ideas.
Moltó –dijo Camaño- sabía que era necesario darle un espacio a la juventud para seguir defendiendo a la Revolución.
“Contamos con los motivos para luchar dijo Moltó y nosotros contamos con él”, sentenció Camaño.
El Premio Nacional de Periodismo José Martí, José Alejandro Rodríguez, amigo personal de Moltó, subrayó que fue hombre y amigo, sabía que se debía hacer para construir la Cuba que necesitamos, fue de sumar y creía en los jóvenes.
Tenía las palabras para decir cosas profundas, pero diferentes, poseía las armas del esclarecimiento, y pretendía que el periodismo no fuera superficial, sino que bajara a las profundidades, a lo complejo, comentó Pepe Alejandro como se le conoce en el gremio. Tuvo la capacidad de pasar por encima de los prejuicios y siempre tuvo la convicción que aún se pueden seducir a las multitudes y salvar al ser humano, sentenció Rodríguez.
Moltó falleció la víspera en La Habana víctima de cáncer a los 74 años de edad. Por su trayectoria obtuvo el Premio Nacional de Periodismo José Martí por la obra de la vida, el Premio Nacional de la Radio y la Réplica del Machete del Generalísimo Máximo Gómez.