La Habana, 17 ene (RHC) La obra hidráulica más importante del siglo XXI en Cuba, el Trasvase Este-Oeste, inició su tercera etapa de ejecución —de las seis previstas en el cronograma—, luego de lograr un almacenamiento de 317 millones de metros cúbicos de agua. Este resultado se revierte en beneficios para la agricultura y el Grupo Azucarero Azcuba, y permitirá un ahorro considerable de importaciones de alimentos al país.
La etapa inicial derivó en la ejecución de las conductoras Colorado-Naranjo y Nipe-Gibara, la primera de las cuales garantiza el abasto de agua al polo turístico del norte holguinero, mientras la segunda provee a la cabecera provincial y a los poblados de Báguano y Tacajó, apunta el diario Juventud Rebelde.
La conclusión del trasvase entre las presas Mayarí y Birán fue el resultado de la segunda etapa, paso esencial para poner bajo riego unas 2 000 hectáreas, de las 12 800 previstas.
En la actual etapa se ha logrado armonizar la ejecución del trasvase con las inversiones en los sistemas de riego asociadas a la agricultura y Azcuba, en aras de aprovechar de inmediato las bondades del agua. Asimismo, se trabaja en el canal Birán-Báguano hacia el norte, que posibilitará irrigar 13 400 hectáreas, de las cuales ya hay unas 500 con sistemas de riego en explotación. También se labora en el túnel Levisa-Mayarí hacia el este, que una vez concluido, junto a la presa Levisa, incrementará la capacidad del embalse de Mayarí en 80 millones de metros cúbicos.
«Nos encontramos trabajando, además, en el canal Nipe-Deleite-Cosme-Herrera. Esta constituye la obra estratégica para 2018, porque priorizaremos la ejecución de labores asociadas a la producción de arroz en el polo de Cosme-Herrera, donde será posible poner bajo riego 2 000 ha de ese cereal en el futuro inmediato», destacó Roberto Pupo Verdecia, director general de la Empresa de Servicios Ingenieros Dirección Integrada de Proyectos (DIP) Trasvases.
Con el propósito de obtener mayores beneficios del embalse, se trabaja para culminar la ejecución de la peché de la margen izquierda de la presa Mayarí, prevista para el mes de abril venidero. En el año que recién comienza, está planificado el trabajo en los sistemas de arroz priorizados en la estrategia de la DIP, al tiempo que se busca consolidar, junto a la Empresa Agropecuaria Guatemala, la producción agrícola.
Otro de los retos estriba en instalar todos los sistemas de riego semiestacionarios previstos, culminar la pequeña central hidroeléctrica que da valor de uso al trasvase y priorizar las áreas que tienen garantizado el suministro de máquinas enrolladoras y de riego.
Esta obra estratégica rendirá beneficios en los territorios de Holguín y Las Tunas a largo plazo, pues favorecerá su desarrollo agrícola e hidráulico, se multiplicará la producción de alimentos y el sector industrial cobrará un impulso considerable.
Según Pupo Verdecia, tal desarrollo incidirá directamente en una mayor disponibilidad de fuentes de empleo y mejor calidad de vida para la población. «El impacto es notable desde el punto de vista social, pues por todo el trayecto del trasvase se van solucionando los problemas de viales, comunicación y abasto de agua a la población. Además, tanto en Sagua de Tánamo como en Mayarí se eliminarán las inundaciones, porque las avenidas de sus afluentes se transformarán con la ejecución de las presas en estos lugares, en la medida en que la economía del país lo permita», apuntó el directivo.