San José, 28 abr (RHC) El historiador cubano, Eusebio Leal, dedicó su conferencia magistral sobre la restauración de La Habana Vieja a quienes a lo largo de siglos fomentaron la amistad y la hermandad entre Costa Rica y Cuba.

Leal, quien se encuentra en San José, capital tica, invitado por la presidencia de la República, antes de iniciar su exposición sobre los trabajos de recuperación de antiguas edificaciones del centro histórico de  La Habana, habló unos minutos sobre los vínculos tradicionales entre las dos naciones.

Señaló que Costa Rica es 'la patria amorosa que acogió a los cubanos dispersos después de sus primeros esfuerzos por alcanzar la independencia de nuestra patria, fallida en 1879'.

Refirió que lo que es quizás el símbolo más precioso de ese encuentro y de ese abrazo fraterno,  se conserva en el Museo como precioso recuerdo de la estadía del teniente general Antonio Maceo, la espada presidencial que le fue obsequiada salvada por la amistad del pueblo costarricense, por médicos de Costa Rica, y por amigos de las Fuerzas Armadas costarricenses.  

Pero, destacó, Maceo no anduvo realmente solo, estuvo acompañado de una pléyade de valientes, que allá en La Mansión de Nicoya, en la provincia tica de Guanacaste, sentaron una huella indeleble donde todavía hoy los niños de aquella latitud interpretan con pasión el himno de Cuba y el de Costa Rica.

Además, prosiguió, llevan como distintivo en el hombro de sus uniformes el perfil del héroe caído en 1896 a la edad de 51 años en plena juventud, Titán de Bronce llamado por los que lo conocieron.

Apuntó que Costa Rica es también el lugar que vio los pasos de José Martí, Apóstol de la Independencia de Cuba, de quien precisó, fue grande y variado su talento, inmensa su visión del mundo en que le tocó vivir y avizoró el del mañana.

El Historiador cubano agradeció la acogida y presentó imágenes de la obra de la restauración de La Habana Vieja, del desafío de un centro histórico con su gente, un proyecto donde la cultura juega un papel esencial, todo lo demás se subordina a ella, aún aquello que puede ser del interés económico, como lo es la presencia de turistas del mundo.

Leal estuvo casi 40 minutos explicando cada una de las diapositivas en que se mostraban un antes y un después de las edificaciones rescatadas y restauradas hasta concluir en una de las más recientes, el Capitolio de La Habana, entregada el 24 de febrero pasado.

Esta es la obra de Cuba, solamente una nación puede enfrentar este desafío, a ella está absolutamente dedicada, subrayó Leal.

Dedicó palabras de elogio a Costa Rica, sus virtudes ciudadanas, lo que consiguió por el culto a la paz, la conservación de la naturaleza, su visión previsora de utilizar recursos renovables en un mundo contaminado, y su defensa rabiosa a la libertad.
 

Asimismo agradeció mucho a este país por ser la madre amantísima que recibió a generaciones de cubanos.

'Anoche cuando terminé mis palabras besé la bandera de Costa Rica en señal de gratitud de mi generación y de todas las que me precedieron en el tiempo. Ahora, presidente, en su presencia, hago lo mismo', exaltó Leal.

Ese gesto del Historiador de La Habana fue acogido con fuertes y prolongados aplausos y gritos de bravo por los cerca de 300 asistentes a la conferencia, entre ellos el mandatario de Costa Rica, varios de sus ministros, miembros del cuerpo diplomático, maestros e integrantes de grupos de solidaridad con Cuba.

La víspera, la Alcaldía de la capital le entregó el Pergamino de Visitante Distinguido de San José, mientras la Academia Morista le concedió la Orden del Mérito Morista, en acto efectuado en el josefino club La Unión. (Fuente:PL)