Washington, 15 abr (RHC)) La vocación humanista aprendida en la Escuela Latinoamericana de Medicina de Cuba (ELAM) es lo que guía hoy a la doctora afroamericana Melissa Barber en su lucha contra la Covid-19 en una comunidad de Nueva York.
Para Barber, la atención médica no comienza con un traslado en ambulancia al hospital, sino con la organización barrial y una familiaridad profunda con las necesidades de los vecinos, es con ese concepto que ayuda a movilizar la respuesta a la pandemia en su comunidad del sur del Bronx.
Cuando a la joven médica egresada de la ELAM hace más de una década le preguntaron si su enfoque tiene que ver por su formación profesional en Cuba, respondió 'absolutamente'.
Cualquier persona que haya recibido capacitación en el sistema médico cubano -afirmó- sabe cómo evaluar la salud de una comunidad y examinar lo que está sucediendo en situaciones de emergencia.
Se trata de poder evaluar quiénes son las personas más vulnerables. Queremos asegurarnos de que nadie se quede atrás, afirma la doctora Melissa al describir a Indypendent.org la situación en el sur del Bronx.
Allí 'están respondiendo a problemas semejantes a los de otras ciudades y estados: un número elevado de casos con hospitales súper llenos donde resulta difícil contener la cantidad de personas que ingresan para ser atendidas o evaluadas con síntomas de fiebre o neumonía o con indicios similares a la gripe', resalta Prensa Latina.
Consideró a ese medio que a diferencia de su país una idea clave de la Revolución cubana es que todo el mundo, como un derecho humano, tiene acceso a la salud y a la educación.
'Cuba cree que es el guardián de su hermano y hermana. Entonces, cuando una nación hermana esté afectada por un desastre o busque el acceso a la atención médica o educación para su gente, Cuba ayudará. Es uno de los principios básicos de la nación', subrayó.
Así es como Cuba envió brigadas médicas no solo al norte de Italia, sino también a Surinam, Nicaragua, Venezuela, Jamaica, Granada y China para combatir la Covid-19.
Algo que entienden los médicos que integran estas misiones es que 'a menudo van a algunas de las regiones más remotas de estos países y ponen la atención médica a disposición de personas que normalmente no tendrían acceso a ella', destacó.
Barber rechazó las políticas de Washington hacia la Mayor de las Antillas, porque 'desafortunadamente en Estados Unidos, tenemos una historia que se ha dedicado a demonizar a Cuba'.
Lamentó las posturas de algunos gobiernos de derecha de América Latina que han tratado (siguiendo la línea de la Casa Blanca) de denigrar a los médicos cubanos. 'Sabemos que son mentiras y, por supuesto, si no fuera así desde esas mismas naciones no estarían pidiendo que ellos regresen'.
Barber elogió la labor preventiva que se implementa en el país caribeño para frenar la Covid-19 con la participación, por ejemplo, de los estudiantes de medicina 'que están llamando a las puertas para asegurarse de que nadie tenga síntomas respiratorios o similares a los de la gripe que son específicos del coronavirus'.
Luego de enumerar algunas de las medidas que implementan en Cuba resumió que 'son capaces de manejar una crisis como esta, porque han tratado con situaciones de emergencia antes y como nación están unificados'.
Parte de esos casi 200 profesionales de la salud de Estados Unidos formados en la ELAM, Mellissa Barber es la coordinadora de ese programa de becas a través de la Fundación Interreligiosa para la Organización Comunitaria (IFCO)/Pastores por la Paz.
Su compromiso como el del resto de los egresados de ese proyecto y los de otros en el futuro es regresar a sus comunidades después de graduados para servir en ellas. Y así lo hizo.
(Prensa Latina)